Zoe, la niña nacida del frío

Zoe Leyland es la primera niña nacida de un embrión congelado a 196 grados bajo cero. Loretto, su madre, de 33 años, es una australiana que presentaba problemas de infertilidad. A Loretto le extrajeron 11 óvulos, que fueron fecundados en el centro médico Reina Victoria de Melbourne; tres de ellos fueron implantados en el útero y el resto, menos uno inservible, fueron congelados dentro de un recipiente de cristal. Ninguno de los tres óvulos logró anidar. A la mitad del siguiente ciclo menstrual, Loretto acudió de nuevo al hospital, donde, tras descongelar los seis óvulos, vieron que cuatro esta...

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Zoe Leyland es la primera niña nacida de un embrión congelado a 196 grados bajo cero. Loretto, su madre, de 33 años, es una australiana que presentaba problemas de infertilidad. A Loretto le extrajeron 11 óvulos, que fueron fecundados en el centro médico Reina Victoria de Melbourne; tres de ellos fueron implantados en el útero y el resto, menos uno inservible, fueron congelados dentro de un recipiente de cristal. Ninguno de los tres óvulos logró anidar. A la mitad del siguiente ciclo menstrual, Loretto acudió de nuevo al hospital, donde, tras descongelar los seis óvulos, vieron que cuatro estaban dañados, pero dos se mantenían en perfecto estado. El doctor Alan Trouson reimplantó estos dos óvulos en el útero materno y 34 semanas más tarde nacía mediante cesárea Zoe. Era el 28 de marzo de este año. Zoe nació como resultado de dos procedimientos diferentes: la fecundación in vitro y la congelación-descongel ación de un embrión humano. La pequeña era completamente normal. El huevo fue congelado al alcanzar las ocho células, etapa considerada ideal para el éxito de esta técnica, cuando todavía no se ha formado ninguno de los órganos del cuerpo.

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Según los especialistas, se puede dar el caso de que estén dañadas hasta cuatro células y que, sin embargo, se desarrolle un niño perfectamente sano.

Alan Osbome Trouson, de 38 años, vendrá a España el año próximo invitado por el Instituto Dexeus. Él, junto con la doctora Linda Mohr, de 30, y el profesor Edwin Carlyle Wood, de 54, es el impulsor del programa de investigación sobre la fertilización in vitro, que ha conseguido 83 embarazos de bebés probeta.

El centro médico Reina Victoria, con más de 250 embriones congelados, fue noticia hace unos meses cuando un matrimonio chileno formado por Mario Ríos y Elsa Geytes murió al estrellarse la avioneta en que viajaban, dejando con su muerte una importante fortuna y varios embriones congelados. La herencia desató una fuerte polémica, legal, moral y científica, en torno a los embriones.

Robert Edwards, el médico británico pionero de la fecundación in vitro, dijo recientemente a raíz de la polémica: "Lo que resulta antiético es no congelar embriones, pues se lo debemos a nuestros pacientes. Lo poco ético es detener nuestro trabajo".

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