Cartas al director

Los caballos y Boyer

En el programa de la cada día más indignante TVE Al galope pudimos escuchar hace unos días (atónita, por mi parte) cómo. la señorita presentadora, después de un discurso sobre el altruismo o vanidad de los poseedores de caballos, terminaba diciendo (no sé si en nombre de los criadores de caballos, de los directivos del programa o en el suyo propio) que la Administración debería considerar la compra de un caballo de carreras como una inversión desgravable, aduciendo que con dicha inversión se creaban puestos de trabajo.Los caballos de carreras son unos bienes (que llegan a valer varios millones...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En el programa de la cada día más indignante TVE Al galope pudimos escuchar hace unos días (atónita, por mi parte) cómo. la señorita presentadora, después de un discurso sobre el altruismo o vanidad de los poseedores de caballos, terminaba diciendo (no sé si en nombre de los criadores de caballos, de los directivos del programa o en el suyo propio) que la Administración debería considerar la compra de un caballo de carreras como una inversión desgravable, aduciendo que con dicha inversión se creaban puestos de trabajo.Los caballos de carreras son unos bienes (que llegan a valer varios millones de pesetas cada uno) de los cuales sus propietarios obtienen (o piensan obtener) unos pingües beneficios. Ahí están si no las suculentas cifras de los premios, el altísimo precio de las entradas a los hipódromos, y la parte que les corresponda por las cada día más altas recaudaciones de las "QH" (quinielas hípicas).

Conformes en que con la cría de caballos se crean algunos puestos de trabajo, pero, si ésta es razón suficiente para que se la considere desgravable de los impuestos, también debería considerarse como tal la compra de un automóvil, pues su venta y utilización ,también crean puestos de trabajo (fábricas, talleres, gasolineras, etcétera); y llegados a este punto, hasta el tomarse unas cañas debe considerarse como desgravable (sino lo hiciésemos no habría trabajo para los camareros).

Me parece que, en el país de la picaresca, el señor Boyer tiene un durísimo trabajo para hacer que cada uno pagué lo que le corresponda, ante tanto derroche de imaginación (o de cara dura, que de todo hay en la viña del Señor).-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En