Cartas al director

Iberia y los españoles

Si la memoria no me es infiel, se ha cumplido un año desde que el periódico que usted dirige comenzó a hablar, con cierta asiduidad, de Iberia. Y, entre otras afirmaciones, siempre se refirió a lo que Iberia "costaba a los españoles".En el número de EL PAÍS del 9 de marzo de 1984, el presidente de Iberia decía textualmente que, "hasta el momento, Iberia no le ha costado dinero al contribuyente". Sin embargo, incluso después de esta declaración, su periódico siguió afirmando que Iberia costaba dinero a los españoles.

Como empleado de Iberia, y considerando la difusión de su periódico, he...

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Si la memoria no me es infiel, se ha cumplido un año desde que el periódico que usted dirige comenzó a hablar, con cierta asiduidad, de Iberia. Y, entre otras afirmaciones, siempre se refirió a lo que Iberia "costaba a los españoles".En el número de EL PAÍS del 9 de marzo de 1984, el presidente de Iberia decía textualmente que, "hasta el momento, Iberia no le ha costado dinero al contribuyente". Sin embargo, incluso después de esta declaración, su periódico siguió afirmando que Iberia costaba dinero a los españoles.

Como empleado de Iberia, y considerando la difusión de su periódico, he soportado y soporto una y otra vez las amargas quejas y reproches de amigos y conocidos porque yo estoy viviendo a sus expensas. Por ello, y además en nombre de la verdad, agradecería que usted demostrase inapelablemente que Iberia ha costado dinero a los españoles o, de no ser así declarase públicamente lo contrario.

Yo sí que puedo declarar que hasta ahora, a los empleados de Iberia sí que nos ha costado dinero nuestra compañía, al menos a los empleados de tierra.

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Y, por último, una apostilla. Su periódico, de propiedad privada y que supongo tiene unas fuentes de financiación también privadas, recibe subvención pública. Iberia, cuya propiedad es pública, ni ha recibido suficiente financiación pública ni, mucho menos, ha recibido subvenciones. Mientras tanto, los españoles se benefician de unas tarifas domésticas inferiores a las que rigen en el resto de los países europeos-

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