La financiación del sector público puede obligar a aumentar los coeficientes exigidos a bancos y cajas de ahorro

La Administración no tiene otra alternativa para poder seguir financiando el déficit del sector público actual y el que seguirá produciéndose en los próximos años que aumentar el nivel real de coeficientes a que se encuentran sujetas las instituciones financieras o dejar que se recrudezcan las tensiones inflacionistas, según manifestó ayer en Santander Javier Aríztegui, del servicio de estudios del Banco de España.En la actualidad, el volumen total de pagarés del Tesoro en circulación está en torno a los cuatro billones de pesetas, lo que genera un coste cercano a los 500.000 millones de peset...

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La Administración no tiene otra alternativa para poder seguir financiando el déficit del sector público actual y el que seguirá produciéndose en los próximos años que aumentar el nivel real de coeficientes a que se encuentran sujetas las instituciones financieras o dejar que se recrudezcan las tensiones inflacionistas, según manifestó ayer en Santander Javier Aríztegui, del servicio de estudios del Banco de España.En la actualidad, el volumen total de pagarés del Tesoro en circulación está en torno a los cuatro billones de pesetas, lo que genera un coste cercano a los 500.000 millones de pesetas. Para 1985 el déficit del sector público será, en pesetas corrientes, al menos de la misma magnitud que el del presente año. Ello significará unas necesidades adicionales de emisión de pagarés cercanas al billón de pesetas.

La situación financiera del sector público español tendrá que replantearse a principios de 1985, lo mismo que ya ocurrió en los últimos meses de 1983, cuando se llegó a un pacto entre instituciones financieras y el Gobierno para consolidar los certificados de regulación monetaria (CRM) -con una vida media de tres meses- en pagarés del Tesoro, a un año de amortización.

Los crecientes vencimientos de estos pagarés obligan a una nueva negociación, en la que el Estado forzará su transformación en otro instrumento a un plazo mayor de vencimiento, tendiendo hacia los tres o cuatro años, y con unos tipos de interés variables para el conjunto de la emisión o mediante cualquier otra fórmula intermedia que asegure un coste relativamente menor para el Estado y, en todo caso, soportable en los próximos años.

De esta forma no volverá a ocurrir otra vez lo que ya pasó a finales de 1983, cuando la renegociación de los CRM produjo serios problemas de control monetario. Ello permitirá, además, que no haya demasiadas tensiones para encontrar la financiación necesaria del déficit de 1985 en el corto plazo, que es el que prefiere en la actualidad el ahorrador privado.

Pactos con la banca

La puesta en marcha de estas negociaciones, según se reconoció en la jornada de clausura del seminario sobre crisis económica que se ha celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, supone de hecho seguir cargando sobre el sistema financiero la mayor parte de la financiación del déficit público, ampliando la base de recursos cautivos a través de coeficientes legales o de pactos con el sector. Todo ello unido a la decisión política de la Administración de seguir propiciando una reducción de los tipos de interés coherente con la evolución de la tasa de inflación esperada.La última subasta de pagarés del Tesoro, celebrada el jueves pasado, ha vuelto a conocer una ligera reducción de los tipos de interés a que se coloca este instrumento financiero. El coste de obtención de recursos del Estado por las vías de los pagarés se acerca ya a la remuneración que el Banco de España hace al tramo del coeficiente de caja para instituciones financieras. Los pagarés se han vendido al 13,587%, mientras que el tramo remunerado del coeficiente de caja es del 13,50%.

Según señaló José Montes, del servicio de estudios del Banco de España, los tipos medios de las operaciones de activo están descendiendo desde el mes de mayo debido, sobre todo, a la mayor inversión que está protagonizando la banca extranjera que opera en España.

En los últimos 12 meses la inversión de la banca extranjera ha crecido el 34,4%, mientras que la del conjunto del sector ha permanecido estable. Los próximos meses pueden conocer una nueva reducción de los costes medios de las operaciones de préstamos y créditos.

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