Cartas al director

Campamentos en Castilla y León

Somos dos de los cinco monitores de un campamento infantil organizado por la Junta de Castilla y León (PSOE) en Boñar (León), entre el 16 y 30 de julio, que hubimos de abandonarlo por no querer colaborar con la imposición a los niños de una disciplina parafascista, como en los mejores tiempos del apogeo de la OJE.¿Exagerado? Veamos: ¿qué pensar de unos jefes de campamento cuyo primer contacto con los niños es la vociferación de órdenes que serán normas del campamento, tales como la obligatoriedad del uso de camiseta mientras se come o la necesidad de pedir permiso niños de hasta 14 años para h...

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Somos dos de los cinco monitores de un campamento infantil organizado por la Junta de Castilla y León (PSOE) en Boñar (León), entre el 16 y 30 de julio, que hubimos de abandonarlo por no querer colaborar con la imposición a los niños de una disciplina parafascista, como en los mejores tiempos del apogeo de la OJE.¿Exagerado? Veamos: ¿qué pensar de unos jefes de campamento cuyo primer contacto con los niños es la vociferación de órdenes que serán normas del campamento, tales como la obligatoriedad del uso de camiseta mientras se come o la necesidad de pedir permiso niños de hasta 14 años para hacer uso del servicio, etcétera? ¿O qué decir del horario, controlado hasta el, último minuto, con una exigencia de puntualidad que contradice un tiempo que en principio es de vacaciones? Y decimos en principio porque sorprendentemente las actividades allí realizadas eran obligatorias (hubo quien arrastró literalmente a unas niñas que no deseaban participar en una marcha).

No es de extrañar, por tanto, que el tipo de disciplina nos recuerde tarribién épocas pasadas: castigos como permanecer un rato al pie del mástil bajo el frío nocturno, correr descalzo... Bastaría decir que niños de 10 a 12 años llamaban a los jefes del campamento Tejero, Pinochet, etcétera.- Mª Teresa Antolín y Emiliano Ibáñez.

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