Iberia despide a otros cinco comandantes, entre ellos el secretario del SEPLA, por irregularidades en vuelo

Iberia despidió ayer a otros cinco pilotos más por presuntas irregularidades graves en vuelo, según pudo confirmar EL PAÍS de fuentes de la compañía aérea. Con estos cinco, son ya 10 los pilotos despedidos por Iberia cuando la huelga entra hoy en su 29º día. Entre los despedidos de ayer figura el secretario del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), Martín Echevarría Álvarez. En los próximos días podrían producirse nuevos despidos. Además, Iberia retiró ayer a los pilotos huelguistas su derecho -y el de sus familiares- a volar gratuitamente en cualquier servicio de la compañía....

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Iberia despidió ayer a otros cinco pilotos más por presuntas irregularidades graves en vuelo, según pudo confirmar EL PAÍS de fuentes de la compañía aérea. Con estos cinco, son ya 10 los pilotos despedidos por Iberia cuando la huelga entra hoy en su 29º día. Entre los despedidos de ayer figura el secretario del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), Martín Echevarría Álvarez. En los próximos días podrían producirse nuevos despidos. Además, Iberia retiró ayer a los pilotos huelguistas su derecho -y el de sus familiares- a volar gratuitamente en cualquier servicio de la compañía.

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La voluntad de entorpecer los servicios mínimos decretados por el Ministerio de Transportes, a base de aplicar el Plan Charly -una especie de huelga de celo sobrepuesta al conflicto-, y de ralentizar los desplazamientos por las pistas de rodadura de los aeropuertos, sería la causa fundamental de estos despidos, así como de los que podrían producirse en breve. Entre los cinco pilotos despedidos ayer por Iberia, el caso más significativo es el del comandante de DC-9 Martín Echevarría Álvarez, secretario del SEPLA y dirigente más significado del sindicato y del comité de huelga. El expediente de despido de Echevarría contiene presuntas faltas reiteradas muy graves cometidas en diferentes vuelos por el citado comandante.El pasado día 1 de julio, Echevarría entró en servicio para operar una línea incluida dentro de los servicios mínimos, según dicho expediente. Comenzó con un vuelo Madrid-Barcelona, con una duración prevista en la programación de 60 minutos. Pese a no haber surgido el menor problema, como lo confirma el parte de vuelos, la duración fue de 91 minutos, con un 50% de exceso sobre el tiempo programado.

Posteriormepte, Martín Echevarría hizo el vuelo IB-453, de Barcelona a Valencia, cuyo tiempo programado, desde que el avión abandona los calzos en el parking del aeropuerto del Prat, en Barcelona, hasta que le vuelven a ser colocados los calzos en el parking del aeropuerto de Valencia, es de 40 minutos. El comandante Echevarría invirtió 89 minutos en cubrir la escasa distancia que separa las dos ciudades mediterráneas.

Obstáculos en Londres

Al día siguiente, el 2 de julio, Martín Echevarría voló de Valencia a Londres en el vuelo IB-426, para lo que invirtió un tiempo de 171 minutos, casi 40 más que el programado. En esta ocasión, Echevarría invirtió 25 minutos en recorrer los metros de la pista de rodadura hasta alcanzar la de despegue. Ya en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, la lentitud en la pista de aterrizaje y rodadura del comandante del DC-9 de Iberia provocó una queja formal de las autoridades del aeropuerto contra la compañía aérea española, al retrasar considerablemente la entrada y salida de otros aviones. No menos de seis minutos tardó Echevarría en abandonar la larguísima pista de aterrizaje del aeropuerto londinense, sin que pudieran entrar o salir los aviones que generalmente lo hacen en ese tiempo. Echevarría tardó 19 minutos en llegar desde la pisla de aterrizaje hasta el parking.A la vuelta, en el vuelo IB-427 de Londres a Valencia, Echevarría tardó 19 minutos en el rodaje por el aeropuerto de Heathrow, y 11 minutos en el de Valencia, hasta invertir 160 minutos en un vuelo que debería haber sido 35 minutos más corto. Al llegar a Valencia, el comandante del DC-9 de Iberia había acumulado más de una hora de retraso. Ya en Valencia, antes de salir hacia Ibiza y para seguir con el Plan Charly, Echevarría exigió que los pasajeros bajaran a reconocer sus equipajes. De nuevo con los pasajeros en sus asientos, tras haberse comprobado que no había la menor anomalía, el comandante Echevarría pidió a mayordomía del aeropuerto valenciano que trajeran 34 botellas de vino tinto, 12 de vino blanco y 5 de Grand Marnier, para un vuelo de menos de media hora. Posteriormente pidió una caja de toallitas y dos rollos de papel higiénico. Más tarde, cuando ya le habían servido todo, reclamó una caja de naranjadas. El vuelo tenía que haber salido a las 21.10 horas, pero lo hizo a las 23.15 horas, con más de dos de retraso.

Al llegar, a medianoche, al aeropuerto de Ibiza, como quiera que aún le faltaran a Echevarría dos saltos y con el fin de recuperar parte del tiempo perdido, el jefe de escala intentó hacer una escala reducida, pero el comandante del DC-9 dijo que se iba a cenar. Volvió a los 20 minutos y dijo que tenía estropeado el horizonte artificial del tablero de instrumentos de su avión. Rápidamente trataron de solucionar la avería, cambiar el aparato o sustituir el DC-9 por otro. A la 0 1.40 horas, el jefe de escala notificó al comandante Echevarría que ya estaba montado un nuevo horizonte artificial en su avión, y que se podía proceder al embarque de los pasajeros. Pero Martín Echevarría dijo entonces que ya no realizaba el vuelo y que se había pasado de actividad. Junto con su tripulación, Echevarría se fue en taxi a la población de Santa Eulalia -donde estaba su familia-, tras superar los incidentes que se produjeron en el aeropuerto con los pasajeros, que llevaban varias horas esperando y entre los que se encontraban 42 niños de un colegio, que fueron alojados en unos apartamentos ya de madrugada.

Al día siguiente, el comandante Echevarría realizó la línea IB-423, e invirtió 120 minutos en el vuelo Barcelona- Sevilla, 35 minutos más que la duración programada.

Sin billetes gratuitos

Por otra parte, Iberia decidió ayer dejar en suspenso las concesiones y utilización de billetes gratuitos y tarifas reducidas a los pilotos que están en huelga, de acuerdo con el artículo 45.1.1 del Estatuto de los Trabajadores, y el artículo 6.2 del Real Decreto Ley 17/1977 de 4 de marzo. Esta suspensión se hará extensiva, asimismo, a los familiares beneficiarios de los titulares afectados.Hasta ahora, todos los pilotos de Iberia, y sus familiares directos, tenían derecho a volar gratuitamente y en primera clase en cualquier vuelo de la compañía aérea española. Los comandantes -y sus familares-, a este derecho añadían el de contar con reserva de plaza para dichos vuelos, en perjuicio de los pasajeros de pago. Al estar en huelga los pilotos, sus contratos de trabajo quedan suspendidos temporalmente, por lo que, según Iberia, no ha lugar el uso de estos beneficios.

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