Que vendan ellos

La bolsa continúa con unas ganas bastante grandes de no perder las posiciones alcanzadas en las jornadas anteriores, y ayer, a pesar de que hicieron su aparición algunas órdenes de venta, el mercado pudo absorber con toda tranquilidad estas realizaciones. Los inversores no quieren desprenderse de su papel ni a pesar de los rumores sobre próximos reajustes ministeriales. Los cambios, incluso, podrían servir para impulsar nuevas elevaciones.Las eléctricas fueron, como era presumible en estas condiciones, los valores que más fielmente reflejaron estas tensiones, y aunque se vieron obligadas a ced...

La bolsa continúa con unas ganas bastante grandes de no perder las posiciones alcanzadas en las jornadas anteriores, y ayer, a pesar de que hicieron su aparición algunas órdenes de venta, el mercado pudo absorber con toda tranquilidad estas realizaciones. Los inversores no quieren desprenderse de su papel ni a pesar de los rumores sobre próximos reajustes ministeriales. Los cambios, incluso, podrían servir para impulsar nuevas elevaciones.Las eléctricas fueron, como era presumible en estas condiciones, los valores que más fielmente reflejaron estas tensiones, y aunque se vieron obligadas a ceder 59 centésimas en su índice sectorial, lo cierto es que varias sociedades continuaron su marcha ascendente. Es como si el mercado se hubiera tomado un momento de respiro para proseguir después su irresistible subida.

Hablando de subidas, ya son pocos los expertos que no se creen lo de alcanzar la cota del 130% y, lo que es más significativo, circulan rumores llegados desde más allá de los Pirineos que apuntan hacia la posibilidad de que un importante grupo inversor esté aguardando con impaciencia que la bolsa conquiste ese nivel para traer dinero a go-go, es. decir, varios miles de millones.

La razón de esta avalancha podría tener su origen en los análisis de un grupo suizo que, ni corto ni perezoso, llegó a la sesuda conclusión de que si el índice general de Madrid rompe por el 130% ya no quedaría ningún obstáculo para poder alcanzar el 1607. Realmente esto parece inalcanzable por ahora, pero los técnicos financieros suizos gozan de una fama bien justificada. El tiempo, como siempre, tiene la palabra.

El tiempo fue, asimismo, el gran obstáculo para que Telefónica pudiera descontar su cupón el pasado martes. Fuentes de la empresa señalaron que el anuncio del comienzo del descuento había llegado tarde a la Junta Sindical y que hoy -como así ha sucedido- estaría la operación en marcha. De esta forma, la compañía de comunicaciones ha descontado el dividendo neto de 24,60 pesetas -que recuperó íntegramente- y, de paso, consiguió ganar otros 1,17 enteros.

Los bancos, por su parte, prosiguen su despertar, ya confirmado nuevamente ayer, con la ganancia de 73 centésimas y saldos compradores en todas las entidades (la caja mostró 66.525 títulos a la compra) que deberá continuar en la jornada de hoy.

Pero al tiempo que el empuje alcista de estos días atrás comienza a serenarse, los analistas no se olvidan de un fenómeno que incide positivarnenten en el próximo futuro del mercado bursátil: el volumen de la contratación se va elevando poco a poco y ya en la jornada del último martes se contrataron acciones por valor de 1.242,4 millones de pesetas.

Aún no es el volumen ideal, pero ese nivel de dinero debe permitir una mejor consolidación del movimiento alcista. Sobre todo cuando algunos expertos aseguran que, durante estos días, el dinero procedente de inversores extranjeros es prácticamente inexistente.

Estas alzas, según las previsiones, deben ir ralentizándose todavía más, porque las ganancias obtenidas en estas jornadas impulsan irremediablemente hacia las realizaciones de beneficios, que hoy deben ser más importantes que en la sesión precedente. El fondo de resistencia del mercado, sin embargo, es una sólida garantía de que lo más importante de este choque podrá ser parado sin mayores problemas.