El pragmático Reagan

El lado pragmático de Reagan se puso de manifiesto el miércoles en sus comentarios ante una audiencia cuidadosamente escogida, en una reunión sobre los cambios en las relaciones norte americano-soviéticas. No modificó sus ideas sobre el control de armamento, tema en el que las negociaciones con Moscú están muertas. Pero, manteniendo la promesa hecha en enero de estudiar pequeñas vías para incrementar las relaciones de trabajo de Washington con Moscú, explicó sus esfuerzos para volver a abrir y ampliar la serie de contactos y cambios de la época de distensión frenados por el colapso de l...

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El lado pragmático de Reagan se puso de manifiesto el miércoles en sus comentarios ante una audiencia cuidadosamente escogida, en una reunión sobre los cambios en las relaciones norte americano-soviéticas. No modificó sus ideas sobre el control de armamento, tema en el que las negociaciones con Moscú están muertas. Pero, manteniendo la promesa hecha en enero de estudiar pequeñas vías para incrementar las relaciones de trabajo de Washington con Moscú, explicó sus esfuerzos para volver a abrir y ampliar la serie de contactos y cambios de la época de distensión frenados por el colapso de la distensión, principalmente en la etapa del presidente Carter.Estas conexiones -en cultura, sanidad, protección del medio ambiente y similares- fueron concebidas, primeramente, como aportaciones de buena voluntad, y después, con el presidente Richard Nixon, como lazos de mutuo interés, encaminados a la larga a ligar a las superpotencias incluso en períodos de gran tensión. Los sucesos de Afganistán y Polonia, junto con la ruptura del control de armamento y la polémica sobre los Sajarov, han frustrado esa esperanza. La teoría existente detrás de esto fue duramente atacada por conservadores como Reagan. No obstante, el presidente, bajo la presión electoral por suavizar el aspecto de su política soviética, dice ahora que está deseando reanudar los antiguos contactos. ( ... )

Si Moscú está dispuesto a recoger el balón es otro asunto. El ablandamiento de Reagan llega tarde en el tiempo y sobre todo en el ambiente. Las actitudes soviéticas se endurecieron hace tiempo, y el poder en el Kremlin no está todavía asentado. Los recientes visitantes soviéticos en Washington se han mostrado hostiles y escépticos, o, en los mejores momentos, dubitativos y vacilantes. Algunos conservadores norteamericanos, dentro y fuera de la Administración, se quejan de que Reagan está a punto de darlo todo sin contrapartidas. Nosotros no lo creemos, pero, indudablemente, el tono de su política está cambiando.

, 30 de junio 1 de julio

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