Tímido acercamiento de Teherán a Moscú

Convencidos de que no pueden enfrentarse simultáneamente con las dos superpotencias, los iraníes han iniciado un tímido acercamiento a la Unión Soviética, que se ha concretado con la visita, a finales de esta semana, de una delegación soviética encabezada por un viceministro de Energía, primera personalidad soviética que visita Teherán desde que hace 1 año fueron expulsados de Irán 18 diplomáticos de la Unión Soviética.Cuando la guerra del golfo Pérsico alcanzó su paroxismo, a finales de mayo, Teherán hizo un primer gesto para romper su aislamiento internacional, al desplazar a Moscú a Moh...

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Convencidos de que no pueden enfrentarse simultáneamente con las dos superpotencias, los iraníes han iniciado un tímido acercamiento a la Unión Soviética, que se ha concretado con la visita, a finales de esta semana, de una delegación soviética encabezada por un viceministro de Energía, primera personalidad soviética que visita Teherán desde que hace 1 año fueron expulsados de Irán 18 diplomáticos de la Unión Soviética.Cuando la guerra del golfo Pérsico alcanzó su paroxismo, a finales de mayo, Teherán hizo un primer gesto para romper su aislamiento internacional, al desplazar a Moscú a Mohamed Sadr, director del Departamento para Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores, mientras que su titular, Alí Akbar Velayati, se encontraba en Bulgaria, el país socialista con que Irán mantiene mejores relaciones. En Sofía fue recibido por el jefe de Estado búlgaro, Todor Jivkov, quien viajó inmediatamente a MOscú.

Aunque el objetivo de todas esas visitas, como la actual estancia en Teherán del viceministro, haya consistido, según la Prensa iraní, en potenciar las relaciones comerciales y técnicas en materia de producción de energía, fuentes diplomáticas occidentales señalan que los dirigentes islámicos iranies han querido atraer la atención del Kremlin sobre los riesgos de intervención miiltar norteamericana en el Golfo para que Moscú trate, a su vez, de disuadir a EE UU.

El rechazo de una posible intervención estadounidense amparada en el cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita el 60% del petróleo destinado a Europa, es, prácticamente, el único punto en común de las diplomacias soviética e iraní, al producirse en este conflicto, como recalcaba recientemente el ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson, "una situación única en el mundo, en la que EE UU y la URSS actúan conjuntamente" en apoyo de Irak.

La lista de los reproches iraníes a la URSS abarca desde su invasión de Afganistán, en 1979, hasta su ayuda militar al adversario iraquí, al que acaba de, proporcionar misiles SS-21, incluida la sospecha de que expertos soviéticos entrenaron al Ejército enemigo en el manejo de armas químicas, pasando por la negativa de Moscú a suministrarle material bélico y los consejos en este mismo sentido formulados a sus aliados.

Entre los agravios hechos a la URSS por parte del. régimen integrista del ayatollah Jomeini destacan la terrible persecución del partido comunista iraní (Tudeh), 10 de cuyos miembros fueron ejecutados en febrero, mientras que centenares de militantes permanecen en las cárceles; la expulsión hace un año de 18 diplomáticos soviéticos; y el chovinismo intransigente de Teherán, en palabras del diario Pravda, que le incita a rechazar todas las iniciativas de paz.

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