Tribuna:

El índice general se salvó por la 'campana' bancaria

Los bancos se han convertido en el centro de estabilidad del mercado, que algo inesperadamente se convirtió ayer en escenario de realizaciones fuera de temporada. Pero no debe cundir el pánico, porque algunas de ellas -Telefónica, por ejemplo- se debían principalmente a razones técnicas.Sin embargo, la Bolsa está cambiando de signo, y, aunque se mantiene el fondo de resistencia de jornadas anteriores, comienza a ofrecer una imagen irregular, con alzas, repeticiones y pérdidas, en un colorístico floreado, más propio de la mano de un pintor superrealista que de las decisiones de sesudos c...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los bancos se han convertido en el centro de estabilidad del mercado, que algo inesperadamente se convirtió ayer en escenario de realizaciones fuera de temporada. Pero no debe cundir el pánico, porque algunas de ellas -Telefónica, por ejemplo- se debían principalmente a razones técnicas.Sin embargo, la Bolsa está cambiando de signo, y, aunque se mantiene el fondo de resistencia de jornadas anteriores, comienza a ofrecer una imagen irregular, con alzas, repeticiones y pérdidas, en un colorístico floreado, más propio de la mano de un pintor superrealista que de las decisiones de sesudos comités de inversión. Lo cierto, según todos los indicios, es que no todas las instituciones han apostado por la Bolsa, y el resultado a la vista está: un poco de todo, como en botica.

Ante la indecisión de los grandes inversores, no tiene nada de extraño que los bancos, impulsados de alguna forma por el matrimonio del Hispano Americano con el Commerzbank (10 enteros de dote en la sesión de ayer), hayan tirado del mercado hacia arriba, aunque el índice general solamente consiguió una simbólica subida de tres centésimas, ante el disloque general.

La operación del Hispano, que le ha debido suponer liquidar una autocartera que bien podría estar situada en unos seis millones de títulos, al tiempo que ha obtenido una plusvalía en torno a 80 millones de pesetas, puede ser un camino que podrían estar analizando otras entidades bancarias españolas. A pesar de que no hay proyectos concretos en este sentido, los rumores -que muchas veces pueden confundirse con anhelos- comienzan a insinuarse, si no en el parqué, sí en los pasillos contiguos.

El caso es que los habituales se sintieron molestos por la premura en repartir dividendos desde el lunes -la junta de accionistas se había celebrado el domingo-, y se quejaban de que se habían estado comprando títulos a la baja durante la sesión del viernes. La entidad bancaria, por su parte, ha comentado que ésa es la práctica habitual en el reparto de beneficios, por lo que no hay razón para las quejas. Con enfado o sin enfado, el banco se encontró ayer con otros 90.919 títulos a la compra, después de los más de 117.000 de la jornada anterior. Sin embargo, malévolas lenguas comentan que al cerrar la sesión del lunes se ofrecía papel de la entidad a buen precio.

Por si las expectativas bancarias no marchan por el mejor camino, los inversores extranjeros, principalmente los fondos de pensiones norteamericanos, han comenzado a apostar por determinados sectores industriales. El resultado ha sido una llegada sustancial de dinero para Motor Ibérica, sociedad que prepara una ampliación de capital confeccionada a medida de Nissan, Los Japoneses. Tres enteros de ganancia fue el saldo de este desembarco, que se unió a otros intereses más próximos.

Quienes parecen aguantar peor el chaparrón son los valores eléctricos y petroleros, que sufren presiones a la baja, quizás causadas por el fortalecimiento del dólar, que permite augurar el mantenimiento de los altos tipos de interés. El petróleo en el mercado libre continúa muy débil y tampoco está favoreciendo al sector la posible ruptura, por parte de Irak, de la disciplina de precios de la OPEP.

Archivado En