10.000 niños de barrios con altos índices de fracaso escolar, privados de las clases vespertinas "a causa del calor"

Unos 10.000 alumnos de EGB, de 14 colegios públicos de Villaverde y de Orcasitas, no reciben desde el día 1 de junio las dos horas de clase que se imparten entre las tres y las cinco de la tarde, "a causa del calor que, presumiblemente", según los directores de los centros, "iba a hacer en junio". Algunos directores de colegio y familias de los alumnos han considerado la medida absurda y poco ética, sobre todo al aplicarse en barrios donde el índice de fracaso escolar es muy elevado.

Gonzalo Junoy, delegado provincial de Educación, dijo ayer que, efectivamente, desde principios de mayo ...

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Unos 10.000 alumnos de EGB, de 14 colegios públicos de Villaverde y de Orcasitas, no reciben desde el día 1 de junio las dos horas de clase que se imparten entre las tres y las cinco de la tarde, "a causa del calor que, presumiblemente", según los directores de los centros, "iba a hacer en junio". Algunos directores de colegio y familias de los alumnos han considerado la medida absurda y poco ética, sobre todo al aplicarse en barrios donde el índice de fracaso escolar es muy elevado.

Gonzalo Junoy, delegado provincial de Educación, dijo ayer que, efectivamente, desde principios de mayo se recibieron en la delegación 14 solicitudes de otros tantos colegios pidiendo la aplicación de la jornada única -de 9 de la mañana a 1 de la tarde- desde el 1 de junio. Las solicitudes, añadió Junoy, venían firmadas por los consejos de dirección de los centros, en los que participan representantes de los padres de alumnos y de éstos mismos. Junoy insistió en que, en todo caso, la autorización a los colegios no equivale a una orden de obligado cumplimiento. "Si luego, como ha ocurrido, resulta que en junio no ha hecho calor, nadie impide al consejo de dirección de cada centro reconsiderar su petición y seguir las clases con normalidad", declaró el delegado provincial.Junoy afirmó que, a su juicio, el asunto no tiene gran importancia, porque, entre otras cosas, el rendimiento de los escolares en junio baja bastante, sobre todo si empieza a hacer calor, y aseguró que los profesores, aunque no impartan clases, siguen trabajando en la evaluación de tareas y en la preparación de la memoria de actividades del año.

A lo largo de mayo, los directores de los colegios presentaron a la inspectora de zona de Educación, Mercedes García, la solicitud de disminuir el horario de clases, argumentando, a pesar de que en esas fechas Madrid registraba tiempo frío y fuertes lluvias, que en junio la situación habría mejorado y que el calor haría su aparición. El fin de curso para el profesorado termina oficialmente el 30 de junio, aunque también es habitual que los niños vean interrumpidas las clases antes de esa fecha y que a partir del día 15 comience la jornada única, que, en ocasiones, puede adelantarse si las altas temperaturas lo aconsejan.

"Los profesores lo pidieron"

Por su parte, Inés Sáez, directora del colegio Maris Stella, de Orcasitas, declaró que la medida adoptada le parece "absurda de todo punto". "Estoy en contra de la jornada única", afirmó la directora, "aunque ya se hizo en estos barrios el año pasado. Yo la he solicitado porque la mayoría de los profesores del centro la pidieron, presionados también un tanto por la postura de todos los demás". Sáez añadió que "en el colegio, no tengo ni calor ni frío, y considero que se puede trabajar perfectamente. Hay que tener en cuenta además que es muy posible que los niños estén mejor aquí que en sus casas, que no son viviendas con aire condicionado, ni mucho menos".El presidente de la asociación de vecinos de Orcasitas, Emilio Fernández, informó que ha intentado en varias ocasiones, sin éxito, hablar con el delegado provincial de Educación, Gonzalo Junoy, para pedir explicaciones sobre los motivos que han llevado a la delegación a autorizar esta disminución de jornada.

Manuel de la Rocha, consejero de Educación de la Comunidad Autónoma, que todavía no tiene competencias específicas sobre los centros escolares, porque la Administración central no ha transferido aún el servicio, afirmó que "lo que ha ocurrido es que ha habido un exceso de metalidad burocrática, y se ha primado el contenido literal de la norma en detrimento de su espíritu".

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