Las tensiones entre Iberia y Aviación Civil perjudican a la compañía aérea en la guerra comercial del Atlántico norte

Las tensiones entre la Dirección General de Aviación Civil e Iberia están perjudicando a la compañía aérea española en la actual guerra de intereses que mantienen empresas norteamericanas y europeas por el tráfico aéreo en el Atlántico norte, y concretamente en las rutas que unen Europa y América del Norte, según aseguraron ayer fuentes competentes del sector. De acuerdo con estas fuentes, que coinciden con un portavoz del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), el reciente reportaje del periódico estadounidense The Wall Stret Journal, en el que se denuncian faltas de seguridad ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las tensiones entre la Dirección General de Aviación Civil e Iberia están perjudicando a la compañía aérea española en la actual guerra de intereses que mantienen empresas norteamericanas y europeas por el tráfico aéreo en el Atlántico norte, y concretamente en las rutas que unen Europa y América del Norte, según aseguraron ayer fuentes competentes del sector. De acuerdo con estas fuentes, que coinciden con un portavoz del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), el reciente reportaje del periódico estadounidense The Wall Stret Journal, en el que se denuncian faltas de seguridad en los aviones de Iberia, incide gravemente en esa guerra comercial, y está basado, fundamentalmente, en datos facilitados por altos cargos de la Adminstración española.

Más información

El reportaje citaba cuatro desviaciones irregulares de ruta que realizaron aviones de Iberia en el Atlántico norte durante los años 1982 y 1983. En esos años, aviones de la compañía española efectuaron 3.910 vuelos por el Atlántico norte. Tanto fuentes de la Administración como de Iberia han confirmado la existencia de esas desviaciones, comprobadas por la oficina de vigilancia de los tracks (rutas o pasillos aéreos), formada por miembros de los centros de control de Montreal y Londres, encargados diariamente de designar a los aviones esas rutas o pasillos. En ese período, y según un informe realizado por la citada oficina en marzo del pasado año, se produjeron en el Atlántico norte 36 desviaciones de ruta, cuatro de ellas protagonizadas por Iberia.Según las fuentes informantes, el periodista que publicó la información en el diario estadounidense permaneció en España varios días, y en alguno de sus contactos llegó a exhibir documentos reservados que sólo estaban en poder de la Administración.

Estas fuentes han precisado que las principales tensiones entre Iberia, ahora integrada en el Instituto Nacional de Industria, y Aviación Civil se centran en que el Ministerio de Transportes desea que la compañía dependa de este departamento. "Además", han dicho, "existen conflictos personales entre altos cargos de Iberia y de Transportes".

El director general de Aviación Civil, Pedro Tena, confirmó ayer los datos incluidos en la información del diario norteamericano y precisó que de la Administración no ha salido ningún informe confidencial. Añadió que tres de las cuatro desviaciones constatadas han sido protagonizadas por el Boeing 747 matriculado con las letras BRQ, el único de los seis jumbos de Iberia que no dispone de los más avanzados sistemas de navegación automática.

Al margen de las sanciones impuestas por Iberia a sus pilotos, Aviación Civil, según Pedro Tena, ha abierto un expediente a la División de Operaciones de Iberia, "que no forma suficientemente a los pilotos". No obstante, el propio Tena también aseguré ayer que existe una fuerte lucha de intereses entre las compañías aéreas en el Atlántico norte.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Según datos facilitados por Iberia, el fondo del problema reside en que la compañía aérea española ha abierto nuevas líneas regulares con Estados Unidos, como Madrid-Los Ángeles o Madrid-Dallas, y está incrementando el número de pasajeros a costa de compañías estadounidenses. A lo largo de 1983, Iberia trasladó a 33 1.000 pasajeros entre España y Estados Unidos, frente a los 246.000 que trasladó la companía estadounidense TWA.

El reparto de los 'tracks'

La guerra comercial, según coinciden miembros del SEPLA y altos cargos de Iberia, también se observa en la asignación de los tracks o aerovías para los aviones de las diferentes compañías. Diariamente, los controladores de Londres y Montreal señalan, de acuerdo con la dirección de los vientos o la localización de las tormentas, la vía más idónea para ahorrar el máximo combustible posible a la altitud más adecuada (habitualmente entre 28.000 y 32.000 pies).

Los aviones que van de España a América son obligados a dirigirse hacia el Norte para acceder al track a baja altura, con lo que gastan más combustible que si lo hicieran a mayor altitud. España sufre una disrirminación al no estar representada en el organismo internacional.

El presidente de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), Assad Kotaite, declaró que las rutas del Atlántico Norte son las más seguras y que no hay razón alguna para variar las actuales medidas de seguridad. Prefirió no confirmar ni desmentir los errores achacados a pilotos españoles citados en el Wall Street Journal. "Durante los últimos cinco años, ha habido cinco millones de vuelos por el Atlántico y no hay razón alguna para proceder a un reexamen de la situación", dijo.

Sobre la firma

Archivado En