Elecciones autonómicas de Cataluña del 29 de abril

Fraga, aquejado de afonía, dibujó una vision apocalíptica de la política económica de los socialistas

"He perdido la voz por Cataluña", manifestó el líder de Alianza Popular, Manuel Fraga, ayer en Igualada. El dirigente aliancista había visitado anteriormente Lérida, donde realizó una apocalíptica descripción de la política económica del Gobierno socialista: "La agricultura está abandonada, la industria está siendo desguazada, la construcción paralizada y los planes de energía son regresivos". Tras comparar la política de algunos países occidentales con la de las naciones comunistas, Fraga afirmó que "la situación económica en que se encuentran Japón o Estados Unidos es buena porque nunca tuvi...

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"He perdido la voz por Cataluña", manifestó el líder de Alianza Popular, Manuel Fraga, ayer en Igualada. El dirigente aliancista había visitado anteriormente Lérida, donde realizó una apocalíptica descripción de la política económica del Gobierno socialista: "La agricultura está abandonada, la industria está siendo desguazada, la construcción paralizada y los planes de energía son regresivos". Tras comparar la política de algunos países occidentales con la de las naciones comunistas, Fraga afirmó que "la situación económica en que se encuentran Japón o Estados Unidos es buena porque nunca tuvieron un ministro socialista".Durante la tarde no realizó ninguna nueva intervención, pues quería preservarse para el mitin final de Barcelona, que se desarrolló a las nueve de la noche en el paseo que lleva el nombre del histórico presidente de la Gerieralitat Lluís Companys. Jorge Verstrynge afirmó en el transcurso del acto que "votar CiU es ir en contra de la sensatez catalana".

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Mitin del PSUC

Los comunistas del PSUC celebraron ayer su mitin-fiesta de fin de campaña en la plaza del Rey, que estaba absolutamente abarrotada de público, al igual que las calles adyacentes. El candidato por este partido a la presidencia de la Generalitat, Antoni Gutiérrez, valoró positivamente y con satisfacción el desarrollo de la campaña de la que espera recuperar parte del voto perdido en las elecciones legislativas de octubre de 1982.El dirigente comunista volvió a insistir en la necesidad de participación, "porque más allá de sondeos y del aprovechamiento electoralista de supuestas morales de victoria, los cambios que se pueden producir por una toma de conciencia colectiva en esta recta final podrían operar resultados definitivos cualitativamente importantes". Dar el voto al PSUC supone, según el secretario general del partido, "dar el voto a la esperanza fundada en la razón". Gutiérrez insistió en que su partido solo entraría en una nueva mayoría de izquierda, "sobre la base de compromisos establecidos, que no desnaturalicen nuestras propuestas".

El Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC) también tendió la mano a los socialistas. Pere Ardiaca, cabeza de lista por la circunscripción de Barcelona manifestó que en caso de estar representados en el Parlamento de Cataluña "no pactaremos de ninguna de las maneras ni con Coalición Popular, ni con Convergència i Unió, pero podríamos ayudar a los socialistas". Al igual que Antoni Gutiérrez, Ardiaca señaló que ello no significaba la "entrega de un cheque en blanco". La campaña del PCC movilizó a Antonio Gades y Pepa Flores a Barcelona.

La Entesa de l'Esquerra Catalana (EEC), rompiendo esta tónica de apoyo condicional a los socialistas, atacó en sus actos tanto a CiU como al PSC. Jordi Carbonell tachó, en Gerona, a Convergència de "derecha regionalista" y a los socialistas de "sucursalistas dependientes de Madrid".

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