Tribuna:TRIBUNA LIBRE

El reformismo liberal y las elecciones catalanas

Quede clara una cosa desde el comienzo: el probable éxito de Convergència sera única y exclusivamente de Convergéncia, y estará basado en el prestigio de Jordi Pujol y su equipo directivo, en un programa de Gobierno sólido y realista, en una acción política prudente y eficaz, en una campaña electoral presidida por la moderación y el pragmatismo y desarrollada con inteligencia e imaginación.Convergència ha querido y ha sabido respetar el carácter autonómico de las elecciones, y con ello ha colocado fuera de juego a quienes han pretendido transformarlas en un nuevo ejercicio de prepotencia de po...

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Quede clara una cosa desde el comienzo: el probable éxito de Convergència sera única y exclusivamente de Convergéncia, y estará basado en el prestigio de Jordi Pujol y su equipo directivo, en un programa de Gobierno sólido y realista, en una acción política prudente y eficaz, en una campaña electoral presidida por la moderación y el pragmatismo y desarrollada con inteligencia e imaginación.Convergència ha querido y ha sabido respetar el carácter autonómico de las elecciones, y con ello ha colocado fuera de juego a quienes han pretendido transformarlas en un nuevo ejercicio de prepotencia de poder a escala nacional o a quienes, más que apoyar a su candidato, han ido a vigilarle y, de hecho, a sustituirle. Si Convergència gana, habrá ganado por sí misma, para sí misma y en beneficio de la vida política catalana. Ningún otro grupo político pretenderá colocarse a la sombra de su triunfo, y ello incluye, desde luego, a la operación liberal reformista, que seguiría adelante cualquiera que fuese el resultado final, pero que, como es lógico, se alegrará del éxito de un socio cuya influencia será decisiva: para el buen fin de la operación.

Dicho lo anterior, puede añadirse con el mismo énfasis que las elecciones catalanas no van a limitar sus efectos a Cataluña, opinión que ya ha sido expresada con unos u otros acentos por la gran mayoría de los comentaristas políticos. Si, efectivamente, se confirman las encuestas, los comicios de mañana van a ser una clave política trascendente de cara a las próximas elecciones generales. El grave descenso socialista, la impotencia absoluta de Coalición Popular -ya confirmada en las elecciones vascas- y sobre todo el claro triunfo de Convergència van a poner de manifiesto que el mapa político actual es un mapa distorsionado y desconectado de la realidad social española.

Ni el PSOE ni Coalición Popular son capaces, a pesar de sus esfuerzos conjuntos y separados, de justificar el mantenimiento de un bipartidismo bronco, estéril y cada vez más peligroso que tiene sus orígenes, más que en méritos propios, en el colapso de una UCD que dio un magno espectáculo de inconsistencia ideológica y de enfrentamientos personales. El reformismo liberal -con las incorporaciones de personas y grupos en situación de espera- aparecerá claramente entonces como la única respuesta lógica- y la única solución posible para cubrir ese amplio espacio ya existente entre conservadores y socialistas, que se irá ensanchando día a día hasta convertirse en la aliernativa auténtica al partido en el poder.

Operación reformista

A principios de este año, el II Congreso del Partido Demócrata Liberal (PDL), único partido liberal español homologado a escala europea y mundial, apostó sin reservas por esta idea y reafirmó los pactos iniciales con los promotores de la operación reformista, acordando, entre otras cosas, lo siguiente: "La opción política resultante del acuerdo unificador deberá ser un partido político unitario, con estructura federal e implantación en la totalidad del territorio nacional, excepto Cataluña. Con respecto a Cataluña, el PDL entiende que, por las características específicas que reúne Convergència Democrática de Catalunya, no se hace necesaria la creación de un partido nuevo, con la aspiración de que dicho partido en el futuro no sólo abarque el espacio electoral que el PDL pretende cubrir, sino que sea un marco cómodo en el que los liberales catalanes puedan colaborar activamente. El PDL quiere dejar claro que esta excepción no se produce por las características diferenciales de la comunidad autonómica catalana, sino que es debido a las especiales características que reúne Convergència, formación política que ha ido incrementando con éxito todas sus comparecencias electorales desde 1977, y que previsiblemente repetirá su triunfo en las próximas elecciones autonómicas sin necesidad de recurrir a pactos que pudieran limitar su independencia política en relación con el desarrollo de la operación liberal reformista".

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Colaboración

Desde el II Congreso del PDL hasta la fecha, liberales y reformistas han puesto en marcha un proceso de colaboración serio y efectivo que ha permitido comprobar la viabilidad y la potencialidad del proyecto sin el menor género de dudas. En la integración de estas dos fuerzas, con una ideología común y sin recelos ni enfrentamientos personales, reside el secreto de la racionalización y modernización de la vida política española.

El 30 de abril se iniciará la consolidación definitiva y la fase final de una operación que ha tenido y tendrá todo género de obstáculos, pero que tiene la ventaja insuperable de ser, pura y simplemente, necesaria.

Antonio Garrigues Walker es presidente del Partido Demócrata Liberal y presidente de la comisión gestora federal de la operación reformista que lidera Miquel Roca.

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