Reportaje:Hora decisiva en las relaciones entre Madrid y su ex colonia africana/ y 2

Un pobre balance para casi un lustro de cooperación española en Guinea ecuatorial

"¿Ve usted este restaurante en el que estamos? Es el único restaurante de Malabo y es de un libanés. No ha habido ningún español que se arriesgue a abrir un restaurante en Guinea Ecuatorial. De esta manera, la presencia española siempre será teórica", comenta un alto funcionario del Gobierno ecuatoguineano, molesto por la incapacidad española para levantar el país.Este es un ejemplo menor, pero miembros del Ejecutivo ecuatoguineano incluyen en su amplia lista de agravios contra España que la central de telecomunicaciones de Malabo, un edificio moderno y regular, dotado técnicamente, ha ...

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"¿Ve usted este restaurante en el que estamos? Es el único restaurante de Malabo y es de un libanés. No ha habido ningún español que se arriesgue a abrir un restaurante en Guinea Ecuatorial. De esta manera, la presencia española siempre será teórica", comenta un alto funcionario del Gobierno ecuatoguineano, molesto por la incapacidad española para levantar el país.Este es un ejemplo menor, pero miembros del Ejecutivo ecuatoguineano incluyen en su amplia lista de agravios contra España que la central de telecomunicaciones de Malabo, un edificio moderno y regular, dotado técnicamente, ha sido construida por los chinos, igual que la radio de Bata, igual que la única carretera digna de ese nombre que queda en el continente.

"Si nosotros hubiésemos hecho cooperación en Nigeria, habríamos obtenido los mismos resultados que los chinos en Guinea, pero el problema es que nuestra cooperación ha tratado de abarcar a todos los sectores y ha sido dedicada fundamentalmente a la formación de personal guineano, y en este sentido sí se aprecian cambios positivos`, replica Salvador Bermúdez de Castro, director de la Oficina de Cooperación con Guinea Ecuatorial.

El importante presupuesto español -715.000 millones de pesetas- se ha dedicado también, en gran parte, al mantenimiento de antiguos edificios y reparaciones, cuyos costes son, en muchos casos, dudosamente justificables. Por ejemplo, en el hospital de Malabo, que ha sido blanqueado, mejorado ligeramente, pero en el que todavía faltan por satisfacer las principales reclamaciones del Gobierno ecuatoguineano: la reconstrucción de un ala, que es casi medio hospital, y la puesta en funcionamiento del quirófano. Lo mismo ocurre en el hospital de Luba, que todavía conserva un aspecto mejor al de muchos centros sanitarios del Tercer Mundo, pero en el que no se han incluido mejoras.

Sin cobrar

Los actuales responsables de la cooperación con Guinea Ecuatorial pretenden ahora concentrar la asistencia a tres áreas exclusivamente: educación y comunicaciones, sanidad y defensa. Los resultados positivos que se están obteniendo en estas tres áreas hay que atribuírselos más al esfuerzo personal de los cooperantes, que cumplen labores en las que son insustituibles, sin cobrar sus sueldos en la mayoría de los casos, desde hace varios meses, por falta de regularidad en la concesión de los créditos por parte del Gobierno español.

El viceministro de Sanidad ecuatoguineano, Demetrío Eló Ndong, expresa su temor por el hecho de que "algún día los médicos españoles o se dediquen con el suficiente interés a sus pacientes ecuatoguineanos por faltarles sus sueldos". El coordinador de los médicos que trabajan en la provincia continental del país, Javier Labarga, lleva nueve meses sin cobrar y advierte que su situación es ya "desesperada".

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Los 280 cooperantes que actualmente trabajan en Guinea Ecuatorial ganan una media de 250.000 pesetas al mes, más dietas. El Gobierno español les paga la casa -con aire acondicionado, refrigerador y frigorífico- y pone a su disposición un coche con la gasolina pagada. "Los cooperantes españoles nunca hemos comido ratas, como han dicho por ahí, y además, a mí me gusta mucho una especie de roedor que se da por estas tierras y que es un plato suculento para los guineanos", comenta un español con casi dos años de estancia en Malabo. Desde hace unos meses, los residentes en Guinea hacen pedidos mensuales al supermercado en unos grandes almacenes españoles, y no es extraño ver en muchas mesas de cooperantes buen vino de rioja, paté o jamón serrano.

Eló Ndong reconoce la importante labor desarrollada por los médicos españoles en la preparación de planes de emergencia sanitaria, y todos los ecuatoguineanos admiten que la reciente epidemia de cólera, en la que murieron 13 personas, hubiese teñido resultados mucho más dramáticos sin la dedicación demostrada por los cooperantes sanitarios españoles.

El esfuerzo personal de médicos que están de guardia dos días de cada tres o de profesores que aprecian resultados importantes en su trabajo no se ha visto respaldado hasta ahora por la actuación oficial. El presupuesto solicitado para el año 1984 por la Oficina de Cooperación con Guinea Ecuatorial es de 2.186 millones de pesetas, y ya flota en el ambiente el peligro de dimisión de Bermúdez de Castro si este crédito no es concedido y pronto.

La obtención de esa cantidad, de la que depende el mantenimiento de los cooperantes españoles en territorio guineano, -está encontrando gran número de dificultades, porque, según fuentes diplomáticas, sectores importantes de la Administración española están reacios a seguir gastando dinero en Guinea Ecuatorial. "Es un tema del que no quieren hablar; es como si siguiese siendo materia reservada a nivel práctico", asegura la fuente citada.

La moral de los cooperantes

La moral de los cooperantes españoles no se ve minada sólo por la falta de sueldos, sino por los casos de rechazo por parte de los ecuatoguineanos. Son constantes las quejas por los controles de que son objeto los cooperantes en la aduana. A veces se ha llegado a registrar minuciosamente medicamentos que llegaban al país completamente gratis. Este enviado especial fue testigo de un trato vejatorio a un cooperante que dedica muchas horas y mucho esfuerzo al desarrolo de Guinea Ecuatorial. Muchos están "cansados" de tener que utilizar permanentemente la técnica del favor bien pagado. Es un secreto a voces en Malabo que altos funcionarios ecuatoguineanos han desviado, antes más que ahora, medicamentos españoles hacia Gabón.

Se aprecia, a pesar de todo, un esfuerzo por parte de ecuatoguieanos y de españoles por combatir estos casos. Los primeros acusan a España de haber dado lugar indirectamente a esta situación por negarse a coger bajo su tutela la Administración ecuatoguineana en 1979, cuando el Gobierno de Malabo se la ofreció.

Fuentes españolas oficiales y privadas consideran que España tuvo la gran oportunidad de organizar una relación fructífera on Guinea Ecuatorial cuando, poco después del golpe de Estado, Teodoro Obiang pidió que la peseta fuese moneda oficial de Guinea Ecuatorial o, al menos, que respaldase al bikuele, y que fuesen tropas españolas las encargadas de la custodia presidencial. El entonces presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, no quiso en ese momento asumir el enorme riesgo que, ambas medidas suponían.

. En el reparto de responsabilidades por la escasa eficacia de la cooperación en Guinea Ecuatorial tienen también una parte los propios cooperantes, sin seleccionar o mal seleccionados en muchos casos, que nunca llegaron a adaptarse a las dificultades de un país africano.

Se cuentan en Malabo los casos de los cooperantes del Ministerio de Hacienda, que pasaron más tiempo en la playa que en los despachos.

Tampoco ha gustado que el único bingo de Malabo fuese de la Policía Nacional española, que, aunque no tenía fines lucrativos, se apartaba un tanto de los objetivos que se le suponen a una misión oficial española en el extranjero.

Otros muchos casos personales de incomprensión por parte de los españoles de las costumbres sexuales de las ecuatoguineanas o de los comportamientos sociales de ese pueblo han sido también focos continuos de problemas. Algunos dirigentes ecuatoguineanos están haciendo un esfuerzo por corregir errores y piden a los españoles comprensión y paciencia. "Un país es muy difíil de levantar, sobre todo cuando no se cuenta con la gente adecuada. Los resultados de la cooperación no se ven de la noche a la mañana. No todos los españoles son malos, también hay buena voluntad. España no debe tener prisa. La preparación de los guineanos no puede hacerse rápidamente", aconseja un ministro importante del Gobierno ecuatoguineano.

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