¿Existen los trabajadores de la enseñanza privada?

Con frecuencia podemos encontrar en la Prensa noticias sobre los movimientos reivindicativos de los profesores de la enseñanza estatal; con igual frecuencia es fácil hallar múltiples referencias a la actitud de la patronal de la enseñanza privada, subvencionada o no, o a la posición de los obispos frente a la LODE; pero haría falta recurrir a las hemerotecas para entresacar alguna que otra nota sobre los enseñantes de los centros privados.Ante esta prácticamente nula situación informativa por parte de los sindicatos o colectivos del sector, la duda que se me plantea es si existen o no dichos t...

Con frecuencia podemos encontrar en la Prensa noticias sobre los movimientos reivindicativos de los profesores de la enseñanza estatal; con igual frecuencia es fácil hallar múltiples referencias a la actitud de la patronal de la enseñanza privada, subvencionada o no, o a la posición de los obispos frente a la LODE; pero haría falta recurrir a las hemerotecas para entresacar alguna que otra nota sobre los enseñantes de los centros privados.Ante esta prácticamente nula situación informativa por parte de los sindicatos o colectivos del sector, la duda que se me plantea es si existen o no dichos trabajadores.

Porque el hecho es que los enseñantes de este sector se encuentran un 45% por debajo de las retribuciones ya pactadas para la enseñanza estatal; el hecho es que los aumentos del último convenio fueron cobrados siete meses después de la publicación de éste en el BOE; el hecho es que el 3% de incremento salarial que se estipulaba a partir de septiembre, aumento que ya ha recibido la patronal en las subvenciones, sigue acumulándose en las correspondientes cuentas bancarias sin que los trabajadores hayan visto un céntimo; el hecho es que el actual convenio tendría que haber empezado a negociarse ya (se ignora si con la Administración, con la patronal, con ambas o con ninguna) y se desconoce hasta el momento cuál es el presente y cuál será el futuro de tan inconcreta criatura; el hecho, en fin, es que si a pesar de tantas discriminaciones no existe, no ya un amplio movimiento reivindicativo, sino ni siquiera una actitud de protesta generalizada a través de los medios de comunicación, habrá que concluir que este sector de los enseñantes tiene una existencia meramente incorpórea, sobrevive del aire beatífico que debe respirarse en sus centros de trabajo, o espera que las excursiones madrileñas le resuelvan el problema. /