El ayuntamiento propone un plan de construcción de casas bajas para erradicar el chabolismo gitano de la capital

El Ayuntamiento de Madrid ha propuesto a diversos organismos de la Administración central y de la autonómica, así como a diferentes organizaciones gitanas, crear una comisión para la erradicación total del chabolismo en Madrid, que, en este momento, se reparte en 44 núcleos de la capital, con un total de 1.400 chabolas. El hecho) de solicitar la colaboración de las asociaciones gitanas más representativas se debe a que el 93% de los chabolistas pertenece a este colectivo. La propuesta municipal consiste en crear unas zonas de casas bajas de promoción pública, que serían alquiladas a 4.000 pese...

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El Ayuntamiento de Madrid ha propuesto a diversos organismos de la Administración central y de la autonómica, así como a diferentes organizaciones gitanas, crear una comisión para la erradicación total del chabolismo en Madrid, que, en este momento, se reparte en 44 núcleos de la capital, con un total de 1.400 chabolas. El hecho) de solicitar la colaboración de las asociaciones gitanas más representativas se debe a que el 93% de los chabolistas pertenece a este colectivo. La propuesta municipal consiste en crear unas zonas de casas bajas de promoción pública, que serían alquiladas a 4.000 pesetas mensuales. Según el ayuntamiento, una inversión de 3.500 millones bastaría para acabar definitivamente, en cuatro años, con este problema.

La propuesta municipal, elaborada por el Área de Urbanismo e Infraestructuras, intenta terminar con un problema que es ya endémico en Madrid. La propuesta, que según los responsables de este área no está cerrada, pretende sentar las bases de una paulatina incorporación de los gitanos al resto de la sociedad, "sin que pierdan su propia individualidad cultural".El plan se ha centrado en el chabolismo gitano tras comprobarse que en los últimos cinco años la situación de la infravivienda en Madrid ha experimentado un cambio sustancial. Aunque se mantiene prácticamente el mismo número de núcleos chabolistas -47 en 1979, 44 en la actualidad- sí ha variado el número de chabolas, su ubicación y la condición del ocupante.

En el censo que se realizó hace cinco años se comprobó que había 1.807 chabolas, cifra que ahora ha descendido a 1.401. Los núcleos estaban ubicados principalmente en los distritos del sur, con mayor incidencia en el Rancho del Cordobés, Colonia Torregrosa y Santa Petronila. El pasado mes de enero se comprobó que estos grandes asentamientos de chabolas han desaparecido prácticamente de la carretera de Andalucía, y que en distritos como Villeverde y Vallecas este fenómeno está a punto de desaparecer.

1.302 familias afectadas

La cruz de la moneda es la utilización de casas en ruinas para crear pequeños núcleos chabolistas en los distritos de Chamartín Tetuán y Ciudad Lineal. Al margen de estos cambios, se ha con firmado que el Cerro de la Vaca, cerca de Vicálvaro, ha pasado en cinco años de tener 187 chabolas a 380, con lo que se ha convertido en el principal foco de infraviviendas de la capital.Pero quizá el dato más llamativo obtenido al actualizar el censo de 1979 ha sido la comprobación de que mientras en ese año el 52% de los chabolistas eran gitanos, en la actualidad el porcentaje es del 93%. En total, 1.302 familias, que, según el estudio sociológico realizado, están compuestas por una media de 4,8 miembros. El 23% de las familias gitanas que viven en infraviviendas tienen cinco o más hijos.

Las chabolas, que miden entre 20 y 30 metros cuadrados, están construidas con materiales de derribo, Compuestas por dos habitaciones y no tienen agua corriente aunque en muchos casos luz eléctrica, gracias al poseen menor coste de la instalación o a la conexión ilegal. Curiosamente, algunas de estas chabolas son alquiladas o traspasadas.

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Las condiciones de vida de este colectivo motivaron que cuando se hizo el censo, en 1979, se estimara que el 99% de los gitanos era partidario de obtener una casa baja, mientras el 95% de los payos quería un piso. Cinco años después se ha comprobado que los últimos han accedido a viviendas del programa de remodelación de barrios, mientras que los gitanos se quedaban en su chabola o incluso volvían a ella tras haber obtenido una vivienda de promoción pública. Si a esto se une el asentamiento de un grupo no cuantificado de gitanos portugueses en los distritos de Chamartín y Retiro, se puede afirmar que la totalidad de las nuevas chabolas, construidas en los últimos años, han sido levantadas por gitanos.

A la vista de estos resultados, la solución propuesta por el ayuntamiento al Instituto para la Promoción Pública de la Vivienda (IPPV), que, en principio, parece haber sido bien aceptada, es crear en áreas próximas a los actuales enclaves chabolistas unos núcleos de casas bajas, no excesivamente grandes -se estima que no deben superar las 100 viviendas unifamiliares- y sin equipamientos específicos, para evitar convertir la unidad en un gueto.

Únicamente se contempla la posibilidad de construir un edificio polifuncional en cada unidad, en el que se diera asistencia laboral, jurídica y sanitaria y en el que hubiera una sala de reuniones, un club de jóvenes, un centro social y administrativo de la comunidad y servicios de guardería y de educación preescolar.

Las cuatro primeras unidades, de 75 casas cada una, con dos plantas, patio y 90 metros cuadrados de superficie, se podrían construir, según el ayuntamiento, a partir del próximo mes de noviembre, al norte de la calle Villablanca, en Vicálvaro, y al oeste de la antigua Unidad Vecinal de Absorción de Villaverde. Esta propuesta, que está a falta de la respuesta del IPPV, supondría una inversión, por parte de este organismo, de 519 millones, a los que se añadirían los 95 millones de pesetas puestos por el ayuntamiento. Se considera que el sistema más idóneo para esta población sería el alquiler, con una renta en torno a las 4.000 pesetas, cantidad que se considera asumible por parte del colectivo.

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