Discreto apoyo vaticano a Gemayel

I. C.El papa Juan Pablo II ha enviado a Beirut y Damasco un emisario, monseñor Mario Brini, arzobispo de Guizeh, en Egipto, cuya visita pone de relieve su preocupación por la suerte de los cristianos libaneses y, según la Prensa cristiana de Líbano, constituye un apoyo discreto al presidente católico de rito maronita Amín Gemayel. "Mensaje de respaldo a la legalidad libanesa" o "Mensaje de apoyo del Papa a Gemayel" titulaban en primera página algunos diarios beirutíes.

Monseñor Brini, ex secretario de las iglesias orientales, expresó a su llegada a Beirut, el miércoles pasado, el "deseo...

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I. C.El papa Juan Pablo II ha enviado a Beirut y Damasco un emisario, monseñor Mario Brini, arzobispo de Guizeh, en Egipto, cuya visita pone de relieve su preocupación por la suerte de los cristianos libaneses y, según la Prensa cristiana de Líbano, constituye un apoyo discreto al presidente católico de rito maronita Amín Gemayel. "Mensaje de respaldo a la legalidad libanesa" o "Mensaje de apoyo del Papa a Gemayel" titulaban en primera página algunos diarios beirutíes.

Monseñor Brini, ex secretario de las iglesias orientales, expresó a su llegada a Beirut, el miércoles pasado, el "deseo del Papa de que Líbano recupere su soberanía e integridad territorial", y entregó al jefe del Estado un mensaje de Juan Pablo II, que Gemayel "se emocionó al leer". "La voluntad divina", afirmó también Brin¡, "socorrerá al presidente en estas circunstacias difíciles".

El emisario papal viajó a continuación a Damasco, donde fue recibido ayer, inesperadamente, por el presidente Hafez el Asad, al que entregó otra misiva de Juan Pablo II La víspera de su desplazamiento a Siria, el diario gubernamental Techrin aseguró que Damasco "está dispuesto y es capaz de garantizar la seguridad de todas las comunidades libanesas sin discriminación alguna, y en especial la de los cristianos, amenazados, según proclaman los agentes de Israel, por la mayoría musulmana".

Con la publicación de este artículo, el régimen baasista sirio ha querido, sin duda, apaciguar los temores de Juan Pablo II sobre la suerte de los católicos maronitas, que constituyen la principal comunidad cristiana de Líbano.

Al recibir en el Vaticano, a mediados de enero, a una delegación de diputados maronitas libaneses, el Papa les advirtió contra el "peligro de resignarse a aceptar cualquier solución política con tal de que se acaben las luchas que destrozan el país".

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