Tribuna:Campaña electoral en el País Vasco

La derecha, con un mensaje moderado, trata de competir con los nacionalistas del PNV y los socialistas

En medio del ambiente de abierto enfrentamiento suscitado por el Partido Nacionalista Vasco y el PSOE, en su intento de bipolarizar todo el voto del electorado, la Coalición Popular intenta en la campaña a las elecciones del País Vasco, con un mensaje moderado en la forma y en el fondo, crecer y disputar a los socialistas el electorado no nacionalista. Trata la Coalición Popular de recuperar, al menos, parte del electorado vasco que hasta las elecciones autonómicas de 1980 votó a UCD y que, pese a no ser socialista, dio su apoyo al PSOE en las pasadas elecciones legislativas de octubre de 1982...

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En medio del ambiente de abierto enfrentamiento suscitado por el Partido Nacionalista Vasco y el PSOE, en su intento de bipolarizar todo el voto del electorado, la Coalición Popular intenta en la campaña a las elecciones del País Vasco, con un mensaje moderado en la forma y en el fondo, crecer y disputar a los socialistas el electorado no nacionalista. Trata la Coalición Popular de recuperar, al menos, parte del electorado vasco que hasta las elecciones autonómicas de 1980 votó a UCD y que, pese a no ser socialista, dio su apoyo al PSOE en las pasadas elecciones legislativas de octubre de 1982.

Los responsables de la campaña de Coalición Popular manejan la teoría de que los dos únicos votos consolidados desde octubre de 1982 son los del PNV y los de la derecha, el 31,7% y el 11,5% respectivamente, del electorado vasco. En aquellas elecciones legislativas, el tirón socialista rompió el espectro electoral que se había mantenido en Euskadi, con ligeras variantes, desde 1979. La "ola socialista", como la definen los candidatos de CP, arrastró hacia el PSOE, según los cálculos efectuados por la coalición, en torno a 90.000 votos de personas, no socialistas, que hasta entonces habían apoyado a UCD.Un sondeo electoral efectuado por la coalición permite dibujar el retrato-robot del votante potencial de esta opción en Euskadi, integrado fundamentalmente por la burguesía media y alta, no especialmente antivasquista. El 40% de ese electorado potencial tiene entre 34 y 45 años y el 5 1 %, entre 45 y 55 años. Abunda en él el obrero cualificado y el pequeño y rnediano empresario que no vota al PNV, que es quien controla hoy la patronal vasca.

La esperanza, no exenta de optimismo, de los responsables de la campaña de CP radica en crecer a costa del desgaste del PSOE, aun cuando reconozcan que es aún pronto para que los efectos del mismo sean visibles Según sus cálculos, sólo el 54% de quienes votaron en 1982 al PSOE en Euskadi volverán a repetir el mismo sufragio el día 26 "No queremos inventar un espacio político", afirma diariamente en la campaña Jaime Mayor Oreja, candidato a lendakari.

Saben los responsables de la campaña de CP que el PSOE viene realizando desde el verano pasado -con un protagonismo casi exclusivo frente al PNV y PSOE en la llamada guerra de las banderas- una intensa labor de captación de lo que se podría denominar el voto patriota español.

Un valor que hasta ahora se suponía reservado a Alianza Popular en Euskadi. Los candidatos de CP insisten en repetir en la campaña la idea de que "somos españoles en tanto que vascos", que entronca con uno de los lemas de la campaña, "ante todo españoles", y con la frase preferida de Fraga: "España necesita un gran País Vasco". Pero no quieren exacerbar ese voto patriota español en el sentido de enfrentarlo al nacionalista.

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No desconocen tampoco los dirigentes de Coalición Popular que parte del eventual electorado desencantado del PSOE tiene tendencia natural a engrosar el voto útil, que en Euskadi se dirige desde 1980 hacia el Partido Nacionalista Vasco, que es el que gobierna en la comunidad. Al Gobierno vasco, que sustenta el PNV, han dedicado severas críticas los candidatos de la coalición. Florencio Aróstegui, de Alianza Popular, cabecera de lista por Vizcaya, ha repetido que la experiencia de Gobierno monocolor nacionalista "ha sido lanientable" y acusa fundamentalmente al Gobierno de Garaikoetxea de no ofrecer esperanza para la recuperación de la economía vasca y de mostrarse extremadamente débil frente al terrorismo.Pero pese a las críticas al PSOE y PNV, puede afirmarse que la campaña electoral de CP es especialmente moderada en el tono. Especial cuidado han tenido sus candidatos de no entrar en peleas electorales y no caer en la dinámica de insulto y descalificaciones en que se mueven PNV y PSOE. Frente a ese clima de enfrentamiento, CP habla de moderación, de convivencia entre vascos, con su lema "ante todo, unidos". Esta actitud de la coalición está basada en el criterio de que la confrontación entre nacionalistas y socialistas produce cansancio, desesperanza en el electorado y, por tanto, abstención.

Los sondeos de la coalición estiman que un 30% del electorado vasco no irá a las urnas. Si esa cifra se confirma el afectado más directo será CP. Por ello, sus candidatos animan a los simpatizantes "para que no se escondan en casa, se saquen el miedo del cuerpo y voten, porque sólo así podremos enterrar el terrorismo y cambiar el signo del Gobierno vasco y el español".

La designación de Jaime Mayor Oreja como candidato a la presidencia estuvo rodeada de una gran polémica en Guipúzcoa, donde la dirección provincial de AP había decidido que uno de sus hombres debía de ser el cabecera de lista.

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