El 'caso Salomo' y el fraude del aceite de colza

La policía cree que el asesino puede ser un psicópata que conocía a la víctima

Cuando hoy se cumplen los siete días de la probable fecha de la muerte de María Teresa Mestre, la policía parece haber profundizado en algunas de las pistas, estableciendo una hipótesis aproximada que permite concentrar los esfuerzos investigadores. Aunque no se ha descartado ninguna de las hipótesis formuladas en torno a los móviles, la policía y la Guardia Civil se están centrando en la posibilidad de que el crimen sea obra de un psicópata que conocía perfectamente a la víctima.Las sospechas de la policía se basan en algunos detalles sobre cómo desapareció la mujer, sin aparente violencia y ...

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Cuando hoy se cumplen los siete días de la probable fecha de la muerte de María Teresa Mestre, la policía parece haber profundizado en algunas de las pistas, estableciendo una hipótesis aproximada que permite concentrar los esfuerzos investigadores. Aunque no se ha descartado ninguna de las hipótesis formuladas en torno a los móviles, la policía y la Guardia Civil se están centrando en la posibilidad de que el crimen sea obra de un psicópata que conocía perfectamente a la víctima.Las sospechas de la policía se basan en algunos detalles sobre cómo desapareció la mujer, sin aparente violencia y en circunstancias que sólo parecen explicarse por el hecho de que el asesino conociera bien a la víctima y estuviera relacionado con ella.

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Algunos expertos policiales indicaron ayer a EL PAIS que perdía intensidad la hipótesis de la mafia de la colza. Estas mismas fuentes descartaban casi totalmente la posibilidad de que la muerte de María Teresa Mestre se debiera a un crimen ritual. La autopsia ha revelado que la esposa de Salomó tenía un delicadísimo estado de salud, aquejada de un cáncer que se le había reproducido, tras una operación de mama.

Uno de los aspectos que estudia a fondo la policía y la Guardia Civil -que han colaborado desde el inicio de la investigación- es la autenticidad del mensaje que recibió la familia Salomó cuando María Teresa Mestre se encontraba secuestrada y parece descartarse que fuera redactado por una persona ajena al crimen.

El industrial Enrique Salomó ingresó de nuevo en la cárcel provincial de Tarragona a la una de la tarde de ayer, con un retraso de casi cinco horas sobre las previsiones iniciales, sin que exista, aparentemente, ninguna justificación. Fuentes oficiales del centro penitenciario explicaron que el permiso de libertad vigilada concedido por la Audiencia Nacional días atrás expiró a las 8.30 horas. En ese momento, sin embargo, Salomó -que ha estado vigilado permanentemente por una patrulla de la Guardia Civil- no había regresado y no se había recibido, por otra parte, ninguna nueva comunicación de la autoridad judicial que modificara su situación.

Ni el director de la cárcel ni el gabinete de prensa del Gobierno Civil de Tarragona supieron ofrecer una justificación adecuada al retraso de casi cinco horas. En medios oficiales se tenía anoche la impresión de que la autoridad judicial concedería en breve plazo la libertad provisional al industrial encarcelado, quien sufre un fuerte shock emocional. Salomó podría pasar a residir, bajo vigilancia, en un piso de Tarragona.

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Desde ayer, los hijos de Salomó disponen de protección policial. El gobernador civil de la provincia, Vicente Valero, mantiene desde hace unos días un total hermetismo en torno a la marcha de las investigaciones policiales. Una recepción a los representantes de los medios de comunicación con el objeto de presentar la memoria anual del Gobierno Civil fue aplazada ayer, con la explicación de que la decisión se debía "a las circunstancias del caso Salomó".

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