Rupert Murdoch fracasa en su primer intento de controlar la Warner norteamericana

Rupert Murdoch, el australiano que posee uno de los imperios de Prensa más importantes del mundo, está prepararando su lanzamiento en el campo de la televisión por cable o por satélite y su irrupción en el negocio de las computadoras. Así se interpreta su intento, hecho público esta semana, de hacerse con el control de la compañía norteamericana Warner Communications, que no sólo es una conocida productora de películas, sino también una potente empresa de telecomunicación.

Por el momento, los directivos de Warner han logrado detener la operación mediante un acuerdo con otra empresa nort...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Rupert Murdoch, el australiano que posee uno de los imperios de Prensa más importantes del mundo, está prepararando su lanzamiento en el campo de la televisión por cable o por satélite y su irrupción en el negocio de las computadoras. Así se interpreta su intento, hecho público esta semana, de hacerse con el control de la compañía norteamericana Warner Communications, que no sólo es una conocida productora de películas, sino también una potente empresa de telecomunicación.

Por el momento, los directivos de Warner han logrado detener la operación mediante un acuerdo con otra empresa norteamericana que ha sido bendecido por los tribunal es estadounidenses. El momentáneo fracaso de Murdoch ha sido acogido con alivio en los medios empresariales británicos.La historia de Murdoch ha sido comparada con la de Ciudadano Kane. A sus 53 años, este empresario australiano controla 13 diarios y 3 revistas y dirige 5 sociedades vinculadas a la televisión. Casi 18 millones de personas en el mundo de habla inglesa compran sus periódicos y revistas, lo que supone un mínimo de 36 millones de lectores diarios.

Hasta que llegó al Reino Unido, a finales de los sesenta, y compró dos diarios populares (The Sun y News of the World), Murdoch era un perfecto desconocido en Europa, pese a que por aquel entonces ya controlaba seis diarios australianos. Desde Londres, el silencioso empresario saltó al mercado norteamericano: entre 1974 y 1977 se hizo con tres revistas (Star, New York y The Village Voice) y con un periódico (The New York Post). Aun así, Murdoch, a quien molestan las entrevistas y la publicidad, continuó siendo un recién llegado para la Prensa y un desconocido para la opinión pública.

Compra de 'The Times'

La compra, en 1981, de dos de los periódicos más prestigiosos del Reino Unido (The Times y The Sunday Times) le hizo saltar a la primera página de los diarios de todo el mundo. Desde entonces, Rupert Murdoch no ha cesado de ensanchar su imperio. Ha comprado otros dos periódicos norteamericanos (The Boston Herald y Chicago Sun-Times), dos sociedades de televisión en Estados Unidos y otra en Londres. Los agoreros de Fleet Street han predicho varias veces su hundimiento y los expertos financieros han advertido sobre los riesgos tan elevados que suele correr el empresario, empeñado en mantener el control familiar sobre todas y cada una de sus compañías.Sin embargo, los resultados de 1983 asombraron a sus críticos: dobló los beneficios del año anterior y declaró a Hacienda cerca de 13.000 millones de pesetas. Además, Murdoch se beneficiará de la decisión de cotizar en bolsa las acciones de la agencia de noticias Reuter, de la que él, directa o indirectamente, controla un 10,6%, y que están valoradas en una cifra cercana a los 100 millones de libras esterlinas (22.000 millones de pesetas).

La operación de compra de Warner Communications -fracasada, al menos temporalmente habría colocado a Rupert Murdoch en una posición inalcanzable para cualquier otro empresario de Prensa europeo. Warner ha perdido dinero últimamente por culpa del fracaso de sus juegos de vídeo Atari, pero sigue siendo un auténtico coloso en el mundo de las comunicaciones. Según los comentaristas británicos, Murdoch, que posee ya el 7% de las acciones de la compañía norteamericana, estaba especialmente interesado en el control de una filial de televisión por cable.

Archivado En