La Prensa y la herencia de Ortega y Gasset

(...) EL PAIS procede, sin la menor duda, del orteguismo. Pero representa un orteguismo mucho más sociológico que ideológico. Su inspiración ya no deriva directa y personalmente de la doctrina y de la posición política de Ortega. El poder periodístico se diría que, muy justamente, ha pasado a manos de quienes efectivamente hacen el periódico, y no de sus propietarios. El Sol tuvo reducidísima tirada, pues era de lectura exclusivamente destinada a las clases directivas, y sólo gracias a la publicación empresanal conjunta de otro diario, nada intelectual, pudo sostenerse. EL PAIS...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

(...) EL PAIS procede, sin la menor duda, del orteguismo. Pero representa un orteguismo mucho más sociológico que ideológico. Su inspiración ya no deriva directa y personalmente de la doctrina y de la posición política de Ortega. El poder periodístico se diría que, muy justamente, ha pasado a manos de quienes efectivamente hacen el periódico, y no de sus propietarios. El Sol tuvo reducidísima tirada, pues era de lectura exclusivamente destinada a las clases directivas, y sólo gracias a la publicación empresanal conjunta de otro diario, nada intelectual, pudo sostenerse. EL PAIS, dentro de nuestra escasa densidad de población lectora, se lee en la totalidad de España y es el dialrio de mayor tirada. Y su vigencia es aún mucho mayor que su lectura. ¿Cuál es el secreto del triunfo de EL PAIS? En primer lugar, ya lo he dicho, la herencia del orteguismo y del prestigio sociocultural que aquél tuvo en su tiempo, lo que explica la heterogeneidad ideológica de sus colaboradores. (...)EL PAIS se honra en afirmar su independencia ante todos los partidos políticos y todas las doctrinas. Pero debe igualmente estar atento en conservar otro tipo de independencia, que consiste en evitar transformarse en una verdadera institución. La intelectualidad colectiva, así como la individual, debe estar siempre despierta, disponible y abierta. Implica igualmente que la función intelectual conserve la primacía sobre la función económica. Un diario que crece demasiado rápidamente corre el peligro de que en su seno la autoridad intelectual ceda progresivamente su función a los detentadores de la propiedad económica, actuando cómo grupo de presión o de intereses. Si es exacto que el intelectual no puede vivir libremente suspendido en el aire, da pena que una empresa cultural se transforme en una empresa económica.

Más información
Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En