Los dirigentes 'etarras' en Francia temen que el Gobierno francés decida su confinamiento

El Gobierno de París no había decidido hasta anoche ninguna medida contra la permanencia de los refugiados vascos españoles en el País Vasco francés. Fuentes cercanas a los etarras estiman que quizá hoy mismo, en el Consejo de Ministros semanal, o en el de la semana próxima, el Gobierno pudiera tomar alguna medida en dicho sentido.Interlocutores de este periódico, de total solvencia, declararon ayer en París que en un plazo más o menos próximo "podría haber alguna noticia" referente a sanciones que afectarían la estancia de los vascos españoles en el departamento de los Pirineos ...

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El Gobierno de París no había decidido hasta anoche ninguna medida contra la permanencia de los refugiados vascos españoles en el País Vasco francés. Fuentes cercanas a los etarras estiman que quizá hoy mismo, en el Consejo de Ministros semanal, o en el de la semana próxima, el Gobierno pudiera tomar alguna medida en dicho sentido.Interlocutores de este periódico, de total solvencia, declararon ayer en París que en un plazo más o menos próximo "podría haber alguna noticia" referente a sanciones que afectarían la estancia de los vascos españoles en el departamento de los Pirineos Atlánticos, al que pertenecen las tres provincias del País Vasco francés.

Algunas informaciones difundidas ayer han dejado entender que esta vez las medidas decretadas por París alcanzarán a todos los supuestos etarras que viven de este lado de la frontera franco-española. En el País Vasco, ayer, así como otras fuentes consultadas en París, no lo entendían así. Creen estos medios que los afectados serían los responsables de ETA. Todos ellos, o una parte sustancial, serían confinados en el centro de Francia, quizá en el departamento de La Creuse, no lejos de la ciudad de Angers. De todas maneras, las noticias no son concordantes sobre el particular. Lo que sí parece cierto es que las autoridades parisienses piensan "hacer algo".

Este tipo de alejamiento de los etarras del País Vasco francés se viene repitiendo desde hace varios años. Las islitas que bordean el litoral de la geografía francesa, y algún que otro rincón del interior del país, han sido temporalmente "tierra de asilo" para los etarras. El confinamiento más espectacular, en tiempos del presidente Valery Giscard d'Estaing, fue el que congregó a 17 supuestos militantes de ETA Militar en Valensole, un pueblo de Provenza. Otros nueve etarras, entre los que figuraba Tomás Linaza, fueron posteriormente confinados en la isla de Yeu.

Hasta la fecha, el final de estas operaciones de confinamiento es siempre el mismo: los vascos, o quedan en libertad o se escapan. Y el proceso de su reincorporación en el País vasco francés empieza de nuevo en cada ocasión: según se perfilen en ese momento las relaciones París-Madrid, los vascos ex confinados, o son detenidos, juzgados, liberados, etcétera, o los dejan en paz hasta que las relaciones entre Francia y España aconsejan adoptar medidas.

Ayer, en círculos relacionados con los medios vascos españoles se estimaba que si, de nuevo, las autoridades francesas actúan como otras veces, todo sucederá exactamente igual, y en las circunstancias actuales sólo servirá para empeorar el clima envenenado que ya se respira en el País Vasco francés como consecuencia de los recientes secuestro (el de Segundo Marey, al que se le considera aquí como hombre absolutamente ajeno a todo tipo de militantismo) o altercado entre los policías españoles y los vascos que viven en esta región francesa.

Haciéndose eco de ese malestar de la población vasco-francesa, el alcalde de Hendaya, Raphael Lassalette, socialista, lleva varios días haciendo declaraciones en las que se lamenta de la flojedad de la policía francesa con los intrusos españoles que atraviesan la frontera para provocar a la población del País Vasco francés. Lassalette será recibido en las próximas horas en París por el ministro del Interior, Gaston Defferre, y mientras ambos conversan, Hendaya se declarará "ciudad muerta".

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