El Vaticano pide "comprensión" hacia la homosexualidad y la masturbación, aunque condena ambas como "desviaciones

La Santa Sede publicó ayer un documento oficial sobre El amor humano y la educación sexual en el que se propone a los católicos casados la castidad como único remedió a la sexualidad, cuando ésta no esté encaminada exclusivamente a la procreación. Para los novios, el texto vaticano habla de castidad pura y simple. Para los que se satisfacen con la masturbación y para los homosexuales, el documento, pontificio, aun condenando ambas "desviaciones. sexuales" habla de que dichas personas "sean acogidas con comprensión".

Éste es el primer documento sobre el tema después del último concilio. ...

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La Santa Sede publicó ayer un documento oficial sobre El amor humano y la educación sexual en el que se propone a los católicos casados la castidad como único remedió a la sexualidad, cuando ésta no esté encaminada exclusivamente a la procreación. Para los novios, el texto vaticano habla de castidad pura y simple. Para los que se satisfacen con la masturbación y para los homosexuales, el documento, pontificio, aun condenando ambas "desviaciones. sexuales" habla de que dichas personas "sean acogidas con comprensión".

Éste es el primer documento sobre el tema después del último concilio. La responsabilidad del texto, que ha sido aprobado por el papa Juan Pablo II, es de la Sagrada Congregación para la Educación Católica. Pero una nota vaticana explicó que en su preparación han participado otros organismos del Vaticano y numerosos expertos. Este primer intento de trazar "pautas de educación sexual" para niños y jóvenes es una novedad en la Iglesia, que sobre esta materia ha mantenido actitudes más bien de miedo y de represión.Para ayudar al adolescente que se masturba, el educador "debe despojar de todo dramatismo el hecho de la masturbación y no disminuir el aprecio y benevolencia al sujeto". Y por lo que se refiere a los homosexuales afirma que "su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia". Aconseja para estas personas una asistencia médico-psicológica".

La responsabilidad del Estado es también recogida en el documento que afirma que es obligación de las autoridades proteger a la juventud contra "cualquier forma de violencia sexual, degradación en el vestir, permisividad y pornografía". Los medios de comunicación, agrega, no "deben ocultarse tras el pretexto de la neutralidad" y los gobiernos deben regular la prensa para "proteger la moralidad pública".

El hecho de que este documento sobre la sexualidad sea tan rígicio en el campo de la sexualidad conyugal y preinatrimonial y comprensivo en materia de masturbación y de homosexualidad se debe, según alganos observadores católicos, a que se trata de problemas que la Iglesia conoce y sufre más de cerca en los jóvenes que tiene que formar para el sacerdocio y las mimas fuentes alladen que cuando la Iglesia permita el matrimonio de los eclesiásticos podrá entonces conocer mejor y ser más comprensiva también con los problemas inherentes a la sexualidad conyugal.

Sexualidad y genitalidad

Por primera vez en un documento de esta índole se distingue entre sexualidad y genitalidad. Y afirma que la genitalidad "es la expresión máxima, en el plano físico, de la comunicación de amor de los cónyuges". El documento añade, sin embargo, que esto es verdad sólo si está "orientada a la procreaciónl, ya,que si la genitalidad es separada de la voluntad de -procrear, "pasa a ser un desorden moral". En general, este documento es un compromiso entre quienes han presionado para dar una orientación moderna al problema sexual y a su educación en la infancia y quienes han impuesto el concepto tradicional del sexo como inmoral fuera, del matrimonio y no orientado a la procreación de los hijos. Por eso no se ha dejado en el tintero siquiera la clásica afirmación de la teología tradicional de la superioridad de la virginidad sobre el matrimonio.

La contradicción entre conservadurismo y modernidad se toca en el texto cuando llega incluso a polemizar contra quienes "desvalorizan el sexo como si por naturaleza fuese indigno del hombre". Y subraya que este documento sobre educación sexual católica "pretende oponerse a tal desvalorización".

Es como si hubiese estado escrito por dos, manos, por dos mentalidades diversas. Así, mientras afirma que "las relaciones sexuales fuera del matrimonio constituyen un desorden grave", después reconoce el papel importante del psicólogo y la necesidad de acudir a las ciencias modernas para conocer mejo los problemas del sexo. Y reconoce que los educadores deben estar preparados en estas ciencias para poder impartir una educación sexual seria. Pero en seguida añade que nadie como "la familia" es capaz de impartir una formación adecuada sobre el sexo a los propios hijos.

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