Cartas al director

Contestación al profesor Sanjuán

La legislación vigente obliga a las oficinas de farmacia a unas existencias mínimas de medicamentos, sobrepasadas con creces en todas las oficinas de farmacia de España. Es obvio que en algún momento (urgencias, epidemias o la simple voluntad prescriptora de un facultativo) pueden dejar a una oficina de farmacia sin algún medicamento, y como los farmacéuticos estamos capacitados para algo más que para "extender el brazo a la estanteria y ponerlo sobre el mostrador", como usted dice, haciendo uso de los conocimientos adquiridos (que sobre el campo del medicamento son super . iores a los de nues...

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La legislación vigente obliga a las oficinas de farmacia a unas existencias mínimas de medicamentos, sobrepasadas con creces en todas las oficinas de farmacia de España. Es obvio que en algún momento (urgencias, epidemias o la simple voluntad prescriptora de un facultativo) pueden dejar a una oficina de farmacia sin algún medicamento, y como los farmacéuticos estamos capacitados para algo más que para "extender el brazo a la estanteria y ponerlo sobre el mostrador", como usted dice, haciendo uso de los conocimientos adquiridos (que sobre el campo del medicamento son super . iores a los de nuestros compañeros médicos) podemos en esos supuestos (contemplados en el decreto que usted critica) sustituir una marca comercialpor otra, cosa ya permitida desde disposiciones de 1965, que, por lo visto, el profesor Sanjuán desconoce.Existen 12 amoxycilinas idénticas en presentación (forma farmacéutica), composición cuantitativa y, por tanto, análoga posología. ¿No se puede sustituir Clamoxyl por Ardine? Lo que hay que hacer es ser más congruente, doctor Sanjuán, y exigir a la Administración la utilización a pleno rendimiento de todos los profesionales sanitarios, si en verdad a usted le preocupa la salud pública. El tercer punto, además de falso es injurioso para los laboratorios y para la propia Administración, que vela por la salud, en este campo, de los españoles y que cuando da el visto bueno al registro de un medicamento es porque ha pasado todos los controles y análisis pertinentes, que para eso están los centros destinados a tal fin. El ejemplo que usted pone de "la bañera y el infecto chalé" no desautoriza a los laboratorios españoles (que no todos son tarugueros, señor Sanjuán), sino a usted mismo en su triple dimensión docente, profesional y humana. El cuarto punto, señor Sanjuán, es claramente de juzgado de guardia y, reservándome el derecho a hacerlo personalmente, dejo esto, en principio, a la iniciativa de mis representantes nacionales. Respecto al quinto punto, es claro que en caso de una desgracia, por error o no, el farmacéutico, como cualquier otro profesional, acepta la responsabilidad de su actuación y responde de la misma ante instancias colegiales o legales, según los casos, pero no por ello renuncia a ejercer su profesión. El sexto punto, señor Sanjuán, es también una presunción injuriosa e indigna por su parte. El tarugo ya sabe usted que no lo inventamos los farmacéuticos; busque en otros campos. El séptimo es de antología; si un campo está "confuso y enfollonado" (según usted), lo que hay que hacer no es dejarlo, sino ordenarlo y clarificarlo.

Acaba usted aconsejando a la Administración, de la que formó parte, que "no discurra, que es peor". Le sugiero que deje de lado sus viejos fantasmas y, a la vista de sus grandes conocimientos, expresados en su carta, y de su correcta línea discursiva, que repase a Descartes y después discurra. Si consigue, además, escribir sin injuriar ni ofender puede que hasta consiga deleitarnos con su lectura. /

. Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de .

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