La apertura a Occidente, clave de la gira europea del presidente de Mozambique

La gira europea del presidente de Mozambique, Samora Moisés Machel, que llegó el viernes en visita oficial a Lisboa, despierta el mayor interés en los medios políticos occidentales. No se trata de la primera apertura del régimen de Maputo al diálogo con Occidente, pero la inclusión de Bruselas, París, Londres y, sobre todo, Lisboa en el programa del viaje del líder mozambiqueño tiene el sentido de una consagración del no alineamiento de Maputo.En Bruselas, los dirigentes de la Comunidad Económica Europea saludaron con satisfacción el anuncio de la adhesión de Mozambique y Angola a l...

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La gira europea del presidente de Mozambique, Samora Moisés Machel, que llegó el viernes en visita oficial a Lisboa, despierta el mayor interés en los medios políticos occidentales. No se trata de la primera apertura del régimen de Maputo al diálogo con Occidente, pero la inclusión de Bruselas, París, Londres y, sobre todo, Lisboa en el programa del viaje del líder mozambiqueño tiene el sentido de una consagración del no alineamiento de Maputo.En Bruselas, los dirigentes de la Comunidad Económica Europea saludaron con satisfacción el anuncio de la adhesión de Mozambique y Angola a la próxima sesión de la Conferencia de Lomé. Gaston Thorn, presidente de la Comisión Europea, y Edgar Pisani, responsable de desarrollo, prometieron a Samora Machel el refuerzo de la asistencia alimentaria de la CEE a Mozambique, azotado hace tres años por la mayor sequía de las últimas décadas. La asistencia económica y financiera y el apoyo diplomático y político a Mozambique, frente al poderoso vecino surafricano, han sido los temas dominantes de los contactos de Samora Machel con los Gobiernos europeos.

En Lisboa, donde Machel permanecerá seis días, el discurso es necesariamente diferente, por tratarse de la primera visita del antiguo dirigente guerrillero a la metrópoli colonial, y teniendo en cuenta que los dirigentes mozambiqueños están muy orgullosos de haber impuesto en apenas ocho años relaciones "normales en pie de igualdad y de respeto mutuo" con los dirigentes de Lisboa.

Por esta razón, la estancia de Machel en Portugal está sembrada de gestos simbólicos: el ramo de flores sobre el túmulo de Camoens, como homenaje a la "lengua portuguesa, nuestra patria común"; la visita a Coimbra (a diferencia de la mayor parte de los actuales dirigentes de las otras ex colonias portuguesas de África, Machel nunca estudió en Coimbra, y era cuando inició la lucha de independencia un estudiante de enfermero) y al castillo de Guimaraes, cuna de la nacionalidad portuguesa.

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