Desaparece la oficina de cooperación con Guinea

El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, ha decidido incorporar de momento a la Dirección General de Africa la Oficina de Cooperación con Guinea Ecuatorial, que venía funcionando con cierta autonomía y con participación de otros ministerios, aunque funcionalmente dependiente de Asuntos Exteriores, para todos aquellos temas relacionados con la ayuda española a la antigua colonia y la selección de los cooperantes españoles.Con el cese-dimisión la semana pasada del titular de dicha oficina, el diplomático Ramón Peydró, el ministro Morán ha decidido incorporar de pleno la cooperación con...

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El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, ha decidido incorporar de momento a la Dirección General de Africa la Oficina de Cooperación con Guinea Ecuatorial, que venía funcionando con cierta autonomía y con participación de otros ministerios, aunque funcionalmente dependiente de Asuntos Exteriores, para todos aquellos temas relacionados con la ayuda española a la antigua colonia y la selección de los cooperantes españoles.Con el cese-dimisión la semana pasada del titular de dicha oficina, el diplomático Ramón Peydró, el ministro Morán ha decidido incorporar de pleno la cooperación con Guinea a la sección africana del departamento, que dirige Manuel Sassot, con categoría de subdirección general.

Madrid

G.-D., Londres

La cooperación con Guinea Ecuatorial dependió directamente de Presidencia del Gobierno hasta la llegada a Exteriores de Jose Pedro Pérez Llorca, en 1981, que creó la Oficina y nombró al frente a su asesor Jesús Martínez Pujalte.

Aunque en medios ministeriales no se confirma que la desaparición de la citada Oficina sea definitiva, esta medida puede significar a largo plazo la retirada del carácter exclusivo de la ayuda anual a Malabo, que supone más de 1.500 millones de pesetas cada año, y la inclusión de dicho país en los planes de cooperación general con los países africanos en vias de desarrollo.

Las dificultades crecientes por las que atraviesan las relaciones hispano-ecuatoguineanas, ante la negativa de las autoridades de Malabo de permitir un control del destino y utilización de esa ayuda y las tensiones constantes que dificultan el trabajo de los cooperantes españoles -el último ejemplo fue el asesinato de una monja hace diez días-, hace que en diversos sectores del Gobierno se piense en poner fin al régimen especial existente hasta ahora.

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