Carreras de caballos

Las instalaciones de Lasarte se quedaron pequeñas

Las instalaciones del hipódromo de Lasarte resultaron este año insuficientes para acoger a los miles de espectadores que cada jornada se desplazaron hasta él para presenciar las pruebas. Los problemas más graves se registraron en las taquillas de juego. Su escaso número originó grandes colas que todos los aficionados no siempre pudieran realizar las apuestas.

La popularidad de las carreras de caballos en San Sebastián aumenta de año en año. En las jornadas disputadas dentro del calendario de verano se superaron las cifras de asistencia alcanzadas en anteriores ocasiones. Ésta masiva...

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Las instalaciones del hipódromo de Lasarte resultaron este año insuficientes para acoger a los miles de espectadores que cada jornada se desplazaron hasta él para presenciar las pruebas. Los problemas más graves se registraron en las taquillas de juego. Su escaso número originó grandes colas que todos los aficionados no siempre pudieran realizar las apuestas.

La popularidad de las carreras de caballos en San Sebastián aumenta de año en año. En las jornadas disputadas dentro del calendario de verano se superaron las cifras de asistencia alcanzadas en anteriores ocasiones. Ésta masiva presencia de aficionados provocó que las instalaciones de Lasarte fueran insuficientes en muchos casos. El mayor problema residió en las apuestas que, además de estar mal organizadas, tuvieron muy pocas taquillas. La insuficiencia de medios técnicos impidió que las recaudaciones en las apuestas fueran tan elevadas como debieran, ya que muchos aficionados prefirieron hacer otro tipo de apuestas como la quiniela que se deposita en los despachos de quinielas futbolísticas.

La instalación de un totalizador debería de ser uno de los objetivos a cumplir por la Sociedad de Carreras de San Sebastián. Con él se evitarían todos estos problemas, a la vez que los apostantes podrían conocer, en el momento de realizar las combinaciones, sus cotizaciones.

Subasta en Deauville

Ayer finalizó en Deauville (Francia) la tradicional subasta de yearlings, donde se concentran los principales capitales árabes y de Europa. El domingo se batió el récord de compra al pagar por un potro casi 90 millones de pesetas. La subasta acabó entre grandes medidas de seguridad y con la compra de Calcaline, Noblequest y Bianca Lancia, a cambio de unos 50 millones de pesetas por ejemplar.

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