CIENCIA

El aterrizaje del 'Challenger' en California provocara retrasos en el programa espacial

A pesar del éxito obtenido por el transbordador espacial norteamericano Challenger en su segundo vuelo al espacio, el cambio de lugar de aterrizaje de Cabo Cañaveral (Florida), a Edwards, en California, por causa del mal tiempo, le va a suponer a la agencia espacial norteamericana (NASA) importantes gastos y un retraso en su programa de vuelos.

Roland Raab, portavoz de la NASA, señaló al término de la misión que "lo sucedido con el aterrizaje del Challenger afectará al vuelo del transbordador previsto para agosto y al del Columbia, con el laboratorio espacial europeo previ...

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A pesar del éxito obtenido por el transbordador espacial norteamericano Challenger en su segundo vuelo al espacio, el cambio de lugar de aterrizaje de Cabo Cañaveral (Florida), a Edwards, en California, por causa del mal tiempo, le va a suponer a la agencia espacial norteamericana (NASA) importantes gastos y un retraso en su programa de vuelos.

Roland Raab, portavoz de la NASA, señaló al término de la misión que "lo sucedido con el aterrizaje del Challenger afectará al vuelo del transbordador previsto para agosto y al del Columbia, con el laboratorio espacial europeo previsto para el 30 de septiembre".La NASA quiere reducir de 70 a 50 días el intervalo de tiempo que se necesita para revisar y reparar el transbordador espacial después de cada misión. Gil Whittaker, director de aterrizaje, indicó que con el Challenger en California "difícilmente podrá estar listo para la primera quincena del próximo mes de agosto". En cuanto al vuelo del laboratorio espacial europeo, se encuentra también pendiente de poder situar en su órbita correcta el gran satélite de comunicaciones que se lanzó durante la anterior misión del Challenger.

Asimismo, el traslado desde California a Cabo Cañaveral de casi todo el equipo técnico que se emplea después del aterrizaje del transbordador dejó prácticamente sin protección al Challenger cuando tomaba tierra en la pista de la base aérea de Edwards. La NASA confiaba que con el aterrizaje del Challenger en Florida se podrían evitar el gran coste del traslado del transbordador, sobre un Boeing 747, desde California, y se ganaría tiempo en la puesta a punto.

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