El alcalde de Irún pide salir de la disciplina del PNV para poder gobernar el municipio

El alcalde de Irún, el nacionalista Ricardo Etxepare, ha solicitado del PNV que le releve de la disciplina de partido para llevar a cabo su tarea de gobierno en el Ayuntamiento de esa ciudad. Al mismo tiempo, Ricardo Etxeparen ha dimitido como procurador de las Juntas Generales de Guipúzcoa. Ésta petición ha sido interpretada como un primer paso para intentar conformar un gobierno de concentración en el Ayuntamiento de Irún que posibilite la colaboración de los socíalistas. Las relaciones entre el PNV y el PSOE allí son difíciles después de que los últimos, que son el primer partido de la ciud...

El alcalde de Irún, el nacionalista Ricardo Etxepare, ha solicitado del PNV que le releve de la disciplina de partido para llevar a cabo su tarea de gobierno en el Ayuntamiento de esa ciudad. Al mismo tiempo, Ricardo Etxeparen ha dimitido como procurador de las Juntas Generales de Guipúzcoa. Ésta petición ha sido interpretada como un primer paso para intentar conformar un gobierno de concentración en el Ayuntamiento de Irún que posibilite la colaboración de los socíalistas. Las relaciones entre el PNV y el PSOE allí son difíciles después de que los últimos, que son el primer partido de la ciudad, perdieran la alcaldía al votar AP y Herri Batasuna al candidato del PNV.Éste, aunque consiguió así la alcaldía, no cuenta con mayoría para gobernar el Ayuntamiento y, ante lo improbable de un pacto estable con las fuerzas que votaron a este partido para la elección de alcalde es previsible que Etxepare busque la fórmula de integrar a los socialistas en las tareas de gobierno del municipio, y haya solicitado para ello de su partido que le dejen las manos libres para actuar.

Los socialistas anunciaron en su día que las posibilidades de colaboración habían quedado rotas y se encuentran a la espera de que la Audiencia Territorial de Pamplona dicto sentencia sobre el recurso que presentaron contra la elección del alcalde de Irún. El PSOE amparó su impugnación en la existencia de una defecto de forma en la votación, que se llevó a cabo de viva voz, con la confornúdad de todas las fuerzas políticas presentes en la Corporación, y no por papeleta secreta, según señala la ley.