Cartas al director

El país de irás y no volverás

Ya es hora de que el Gobierno en el poder afronte el problema de los heroinómanos en España. Un junkie no puede soportar lo cotidiano si carece de su dosis de heroína. El dichoso síndrome de abstinencia le lleva a todo tipo de acciones que perjudican a los demás: robo, asalto a farmacias, ataque personal, asesinato (sí), etcétera. Nada de tiene a Drácula cuando necesita sangre. Pero, claro, aquí no vamos a tolerar que unos señores, por h o por b, puedan elegir vivir la vida narcotizados: es malo para la salud. Por supuesto se fomentan las corridas de toros, los Naranjos de Bulnes, las c...

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Ya es hora de que el Gobierno en el poder afronte el problema de los heroinómanos en España. Un junkie no puede soportar lo cotidiano si carece de su dosis de heroína. El dichoso síndrome de abstinencia le lleva a todo tipo de acciones que perjudican a los demás: robo, asalto a farmacias, ataque personal, asesinato (sí), etcétera. Nada de tiene a Drácula cuando necesita sangre. Pero, claro, aquí no vamos a tolerar que unos señores, por h o por b, puedan elegir vivir la vida narcotizados: es malo para la salud. Por supuesto se fomentan las corridas de toros, los Naranjos de Bulnes, las carreras de coches, motos, el boxeo, etcétera. La muerte, como espectáculo, siem pre ha estado bien vista, pero eso de que uno se recluya a su manera..., ¿qué pasa?, ¿dónde está el mal? Hay más suicidios por síndrome de abstinencia que por sobredosis. Fuera las mafias que ponen el gramo de caballo (inflado con cualquier cosa, muchas veces, estricnina) a 20.000 pesetas (800 miligrámos, en realidad), y con vierten la adicción en un problema económico, que obliga al junkie a sacar el dinero de donde y como sea. Basta de hipocresías, de curas de metadona, de curas de sueños y de patriarcas. Todos vuelven a caer. Y tal como dijo no sé qué al calde de derechas, en un pasado programa de la Milá (Buenas noches), hay miles... miles de heroinómanos en España, que están in cubando la ETA de los años no venta (si llegamos) a nivel subterráneo nacional. Señoras y señores: la heroína, a la farmacia; todo tipo de información en contra, pero carné de drogadicto. Aquel que, por la razón que sea, necesite heroína -como el diabético la insulina- tiene derecho a un carné que le permita adquirir en la farmacia de la esquina la dosis necesaria al irrisorio precio que la droga podría venderse si fuese a través del Estado, y no de los gánsteres de turno. No se trata más que de reclamar el indiscutible derecho de cada uno para hacer de sí lo que le dé la gana, siempre que no perjudique a los demás. Pido reflexión, pero rápida. Heroína a las farmacias y carné para el heroinómano. / Ex heroinómano.

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