El caso de los ayunantes por la paz
Hace 43 días que un grupo de españoles, no pertenecientes a ningún partido político, mantienen una huelga de hambre, encerrados en un piso bajo de la calle del Monasterio, número 16. Elaboran un diario del ayuno y lo mandan, en ciclostil, a varios amigos más o menos relacionados con los medios de comunicación. No pretenden más -ni menos- que hacer una llamada a la conciencia de los gobernantes para que adopten una política de paz en el tema del referéndum sobre la OTAN, pero no son sectarios, ni meten bulla, ni están en contra del Gobierno ni de nadie. Durante estos 43 días (que no son dos ni ...
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Hace 43 días que un grupo de españoles, no pertenecientes a ningún partido político, mantienen una huelga de hambre, encerrados en un piso bajo de la calle del Monasterio, número 16. Elaboran un diario del ayuno y lo mandan, en ciclostil, a varios amigos más o menos relacionados con los medios de comunicación. No pretenden más -ni menos- que hacer una llamada a la conciencia de los gobernantes para que adopten una política de paz en el tema del referéndum sobre la OTAN, pero no son sectarios, ni meten bulla, ni están en contra del Gobierno ni de nadie. Durante estos 43 días (que no son dos ni tres), la Prensa, aunque conoce el caso, ha mantenido tenaz silencio sobre él. ¿Lo orilla con esa mezcla de mala conciencia y desdén con que se quita uno de encima las empresas motejadas de idealistas? ¿O simplemente es que no lo considera noticia? En este último caso, yo me atrevo a preguntarle al periódico que usted dirige si cree que puede interesarnos más a los lectores del mismo la minuciosa descripción de los vómitos y escupitajos de Las Vulpes que la información sobre un acontecimiento como éste. Solamente la publicación de esta carta podrá darme garantías de su buena voluntad. /