Querella criminal contra dos enfermeras de La Paz cuya supuesta imprudencia costó la vida a una paciente

Los hermanos Pilar, Rosario y Benito Castro Mirayo han interpuesto una querella criminal contra dos ATS de la Ciudad Sanitaria La Paz, a las que acusan de conducta imprudente con resultado de muerte en la persona de su madre, Rosario Mirayo Meana, de 61 años, quien falleció nueve días después de someterse a una habitual sesión de hemodiálisis.

Rosario Mirayo Meana, según el relato de los hechos, se presentó el pasado 15 de febrero en la La Paz, para someterse a una sesión de hemodiálisis, tal y como venía haciendo desde siete años antes, tres días a la semana. Básicamente, la hemodiális...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los hermanos Pilar, Rosario y Benito Castro Mirayo han interpuesto una querella criminal contra dos ATS de la Ciudad Sanitaria La Paz, a las que acusan de conducta imprudente con resultado de muerte en la persona de su madre, Rosario Mirayo Meana, de 61 años, quien falleció nueve días después de someterse a una habitual sesión de hemodiálisis.

Rosario Mirayo Meana, según el relato de los hechos, se presentó el pasado 15 de febrero en la La Paz, para someterse a una sesión de hemodiálisis, tal y como venía haciendo desde siete años antes, tres días a la semana. Básicamente, la hemodiálisis consiste en lo siguiente: la sangre del paciente sale del cuerpo por un tubo conectado a una arteria del brazo, pasa por el riñón artificial, donde es limpiada de impurezas, y vuelve al cuerpo por el mismo tubo cuyo segundo extremo está conectado a una vena. Cuando el proceso está a punto de terminar, en el tubo sujeto a la arteria se inocula suero, para que los últimos restos de sangre vuelvan al cuerpo con normalidad. En este momento, según la querella, el ramal del tubo conectado al frasco de suero se desprende y va a caer en un cubo de residuos que contiene restos de otras hemodiálisis anteriores, en el que hay agua, orín, sangre, y gasas.Una de las dos ATS que atienden a los enfermos se da cuenta del hecho, advierte a su compañera y, según la declaración de otro paciente situado en una cama cercana, que pudo oír los comentarios, le dice a la otra enfermera: "Me parece que a Rosario le ha pasado agua del cubo". Sin embargo, una ATS retira el tubo caído y, sin advertir a la paciente ni a los médicos, dejan a la enferma marcharse a su domicilio. Rosario Mirayo se sintió indispuesta inmediatamente; volvió a ser ingresada después y el 24 de febrero falleció a consecuencia de un proceso séptico.

El 2 de marzo, siete pacientes del mismo servicio enviaron un escrito a María Victoria Stegensek, presidenta de la Asociación de Lucha Contra Enfermedades del Riñón (ALCER), en el que mencionan su descontento con la actuación de las ATS que tienen a su cargo el turno de tarde, por un cúmulo de supuestos errores y desatenciones advertidos a lo largo del tiempo, y solicitan una investigación y que sean apartadas del servicio. Se sabe que una de las ATS ha sido ya trasladada de departamento. En estos días no fue posible contactar con las dos querelladas. Sin embargo, las ATS del turno de tarde manifestaron en un escrito que su compañera se dio cuenta de la caída del tubo y adoptó las medidas de seguridad pertinentes. El escrito reconoce que existen circunstancias en el servicio que pueden tener una influencia directa en los hechos. "Muestra de ello" dicen, "es que se ha cambiado el proceso operativo de la hemodiálisis a raíz de los hechos".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En