Continua el encierro de ciento treinta trabajadores de Intelsa

Ciento treinta trabajadores de la industria auxilliar de telecomunicaciones Intelsa, de La Coruña, cumplieron ayer su duodécimo día de encierro en una nave fabril vacía alquilada por la empresa, donde permanecen forzosamente inactivos desde hace más de 10 meses tras negarse a aceptar el traslado a otro centro que la compañía posee en Leganés (Madrid).

Los trabajadores, que afrontan un expediente de rescisión de contrato recientemente presentado por la empresa en la Delegación de Trabajo de La Coruña, aseguran que mantendrán su encierro en tanto la Compañía Telefónica, propietaria de un ...

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Ciento treinta trabajadores de la industria auxilliar de telecomunicaciones Intelsa, de La Coruña, cumplieron ayer su duodécimo día de encierro en una nave fabril vacía alquilada por la empresa, donde permanecen forzosamente inactivos desde hace más de 10 meses tras negarse a aceptar el traslado a otro centro que la compañía posee en Leganés (Madrid).

Los trabajadores, que afrontan un expediente de rescisión de contrato recientemente presentado por la empresa en la Delegación de Trabajo de La Coruña, aseguran que mantendrán su encierro en tanto la Compañía Telefónica, propietaria de un 49% de las acciones de Intelsa, y con opción a otro 2% que la haría mayoritaria, no ofrezca una solución aceptable al conflicto.El problema laboral de Intelsa tiene su origen en un plan de viabilidad aprobado por el Congreso durante la anterior legislatura, en el que se incluía la venta de la factoría que la empresa tiene en La Coruña. Luis Solana, actual presidente de Telefónica, fue entonces, como miembro socialista de las comisiones de Economía y Hacienda, uno de los principales gestores -según la versión de los trabajadores de Intelsa en la operación de venta de la fábrica coruñesa a Telettra, empresa hispano- italiana mayoritariamente participada por la Compañía Telefónica Nacional de España.

La negativa inicial de los trabajadores de Intelsa a aceptar el cambio de titularidad de la empresa, que supondría para ellos un considerable deterioro de las condiciones económicas y labores que hasta entonces venían disfrutando, abrió el contencioso con la dirección. Los responsables de Intelsa, en la que Telefónica controla el 49% de las acciones, plantearon individualmente a cada uno de sus 379 trabajadores la opción de integrarse en la nueva compañía propietaria -aun en inferiores condiciones económicas- o ser trasladados a otro centro de trabajo en la localidad madrileña de Leganés. Doscientos treinta y tres miembros de la plantilla aceptaron el trasvase a Telettra, participada al 51% por la Compañía Telefónica, en tanto que los 146 restantes decidían rechazar la oferta y afrontar el expediente de traslado que la empresa inició poco después con ellos. Aunque la pretensión de la empresa fue aceptada en un principio, un recurso contencioso interpuesto por los trabajadores permitió la suspensión de la ejecutividad del acuerdo administrativo quie facilitaría su traslado desde La Coruña a Leganés.

Ante la situación creada, Intelsa decidió alquilar una nave industrial vacía en el polígono de Sabon, donde permanecen desde hace 10 meses, cumpliendo un estéril horario de trabajo sin ninguna actividad que realizar, los 146 trabajadores que rehusaron la integración en Telettra.

El nombramiento de Luis Solana como presidente de la Compañía Telefónica no ha supuesto el más mínimo avance en la solución del problema, pese a las esperanzas que había suscitado entre los trabajadores de la empresa Intelsa sino todo lo contrario.

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