Manifiesto catalán en solidaridad con el pueblo castellano

Más de medio centenar de intelectuales, políticos y hombres de la cultura catalanes han firmado un escrito de solidaridad con el pueblo castellano-leonés, con motivo de la celebración, hoy domingo, del Día de Castilla y León, en la localidad vallisoletana de Villalar de los Comuneros. Entre los firmantes se hallan Salvador Espriú, Pere Quart, Josep Benet, Salvador Gran Mora, Marta Mata, Gregorio López Raimundo, Carlos Barral, Xavier Rubert de Ventós, Salvador Clotas, José Agustín Goytisolo, Raimon Obiols, Josep M. Castellet, Isidre Moles y González Casanova.

Una delegación catalana, int...

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Más de medio centenar de intelectuales, políticos y hombres de la cultura catalanes han firmado un escrito de solidaridad con el pueblo castellano-leonés, con motivo de la celebración, hoy domingo, del Día de Castilla y León, en la localidad vallisoletana de Villalar de los Comuneros. Entre los firmantes se hallan Salvador Espriú, Pere Quart, Josep Benet, Salvador Gran Mora, Marta Mata, Gregorio López Raimundo, Carlos Barral, Xavier Rubert de Ventós, Salvador Clotas, José Agustín Goytisolo, Raimon Obiols, Josep M. Castellet, Isidre Moles y González Casanova.

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Una delegación catalana, integrada por Salvador Grau-Mora, Jaume Sobreques y José Antonio González Casanova, se desplazó a Valladolid para llevar el manifiesto y asistir a una cena-encuentro de acercamiento entre las dos culturas. El encuentro constituye el germen de unas futuras jornadas de reflexión, estudio y conocimiento de Castilla-León y Cataluña, que tendrá lugar en junio en Valladolid y Barcelona.Durante la cena, a la que asistieron cerca de dos centenares de personas, entre ellas los gobernadores civiles de Salamanca, Segovia, Palencia, Burgos y Valladolid, se dio lectura a una carta enviada por el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, al de Valladolid, el también socialista Rodríguez Bolaños, en la que manifiesta la solidaridad de Barcelona con la comunidad castellano-leonesa. Todos los que intervinieron, tanto catalanes como castellano-leoneses, señalaron repetidamente que ha llegado la hora de acabar con mitos como la opresión centralista de Castilla sobre Cataluña o la opresión económica de Cataluña sobre Castilla-León, de romper con el desconocimiento y recelos mutuos mantenidos durante siglos y de pelear en democracia y libertad por una mayor solidaridad.

Representantes de los firmantes del manifiesto catalán se desplazaron el viernes a Villalar de los Comuneros para depositar una corona de flores en el monolito que conmemora la derrota y ajusticiamiento de las huestes de Padilla, Bravo y Maldonado.

Castilla-León, una víctima

El escrito, elaborado por políticos e intelectuales catalanes, señala que "tantos años de centralismo, autoritarismo y opresión ejercidos por las elites dirigentes del Estado español sobre las comunidades históricas y las nacionalidades que la integran han conseguido no sólo herir gravemente la personalidad de estas comunidades, sino que han generado también en todo el Estado un recelo, comprensible, pero injusto, contra el pueblo que supuestamente era el culpable de esta opresión" (se refiere al pueblo castellano-leonés). "Se ha olvidado con frecuencia", añade, "que los pueblos no son los responsables de este tipo de actitudes, sino que lo son determinados grupos minoritarios, casi siempre los mismos, que actúan sólo en defensa de intereses políticos y económicos, y de privilegios muy concretos, grupos que intentan oprimir, en primer lugar, a quien tienen más cerca".Tras indicar que los catalanes están convencidos de que la "víctima más gravemente perjudicada por estos intereses ha sido, desde aquel 1521, el pueblo castellano-leonés", el manifiesto asegura que "no queremos ser instrumentos de quienes quieren enfrentarnos y sembrar la incomprensión, el odio y el rencor entre nosotros; los pueblos no pueden ser enemigos y menos para satisfacer los intereses minoritarios de unos pocos". Finalmente, se dice que la vida democrática tiene que generar nuevos hábitos de comportamiento colectivo, "entre los que ocupa un lugar de honor esta solidaridad y estima sincera entre cataluña y Castilla-León".

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El manifiesto, la relación de firmantes -algunos cercanos a posturas nacionalistas- y la presencia de la delegación catalana en Valladolid y Villalar de los Comuneros han tenido una gran acogida en los sectores culturales castellano-leoneses y entre los partidos de izquierda (en la citada cena-encuentro no hubo ni una sola persona vinculada a la derecha), únicos que han convocado la celebración del día de la región.

Las jornadas de acercamiento entre Cataluña y Castilla-León, auspiciadas por el Centro de Estudios de Castilla y León (Cecal) y Ámbito Ediciones, serán el primer paso de un proceso que se quiere hacer extensivo al resto de las zonas españolas.

Es, en este sentido, significativo el hecho de que en la referida cena-encuentro, a la hora de dar lectura al manifiesto de los catalanes, se dijese que "habíamos pensado leerlo en catalán y castellano, pero vamos a hacerlo sólo en español". Ese clima de colaboración y entendimiento estuvo tan presente que se reflejó hasta en el menú: tras el rape a la castellana y la ternera de León, vino la crema catalana, y junto a los vinos de la tierra, el champaña de San Sadurní de Noya.

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