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"Soy totalmente inocente", declara el profesor de la UNED detenido por presunto tráfico de drogas

A la semana de su detención y posterior procesamiento, tras ser considerado, por la autoridad judicial, implicado en un turbio caso de tráfico de drogas, el filósofo y profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Antonio Escohotado ha manifestado a EL PAIS que se declara y se sabe "totalmente inocente" y ajeno a "ese negocio" (360 gramos de cocaína, 40 gramos de heroína y algunas joyas es el material incautado por la policía en la operación). Señala que se siente "personalmente agraviado" por la manera como se han difundido -"falseado", matiza él-los hechos que culminaro...

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A la semana de su detención y posterior procesamiento, tras ser considerado, por la autoridad judicial, implicado en un turbio caso de tráfico de drogas, el filósofo y profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Antonio Escohotado ha manifestado a EL PAIS que se declara y se sabe "totalmente inocente" y ajeno a "ese negocio" (360 gramos de cocaína, 40 gramos de heroína y algunas joyas es el material incautado por la policía en la operación). Señala que se siente "personalmente agraviado" por la manera como se han difundido -"falseado", matiza él-los hechos que culminaron con su detención, junto a otras cuatro personas, el pasado día 16 en Ibiza.

Escohotado, que reside en Ibiza desde 1970, añade, tranquilo, en el Depósito Municipal de Detenidos de Ibiza, donde está recluido desde el pasado sábado: "Yo no estoy aquí por comprar o vender drogas, sino tan sólo por facilitar -hasta un punto aún impreciso- un contacto entre un comprador y un vendedor, asunto en el que me vi metido, desbordado por las circunstancias, en parte obligado y en parte inducido. En ningún momento se me ha acusado de otra cosa, y así consta en el sumario y así es. Pero me están echando paletadas de barro encima, y tengo que defenderme y explicar mi versión de los hechos"."Por las noticias que me llegan del exterior", prosigue, "da la impresión de que con esas informaciones falsedas se pretende convertirme en chivo expiatorio de ese desfase que estamos viviendo entre la justicia nacional, basada en la inteligencia discursiva, y la justicia del decoro, que se agota en la rutina y en las buenas costumbres. Y ese desfase es particularmente grave en todo lo referente a las drogas, tema en el que ando investigando desde hace quince años".

Al relatar cómo se produjo su detención, Antonio Escohotado señala que últimamente un "viejo amigo de amigos comunes", Antonio Fenollera, le había pedido con mucha insistencia desde Madrid un contacto para comprar cocaína en la isla. "Yo me negué muchas veces, hasta que recibí presiones de tipo contrario: alguien a quien apenas conocía, Celestino Bustamente, me hizo saber que tenía una cocaína muy buena que vender y buscaba comprador". Antonio Escohotado llamó entonces a Antonio Fenollera, que se presentó en Ibiza el pasado 15 de marzo. Pero no acudió solo, como era previsible, sino acompañado por dos individuos que presentó a Escohotado como "dos amigos profesionales y solventes", que luego resultaron ser dos agentes de la Brigada Central de Estupefacientes de Madrid, y cuyo procesamiento piensa pedir ahora Antonio Escohotado.

"Sentí miedo"

"Nada más verlos en el aeropuerto, ya sentí miedo. Ya en mi casa empecé a ser consciente de estar desbordado por las circunstancias: aquellos sujetos iban armados, llevaban encima cinco millones de pesetas -en fajos con etiquetas del Banco Atlántico- y dijeron ser miembros de la comisión de seguridad del príncipe Jaled, a quien organizaban sus vicios. En mi propia casa me ofrecieron un kilo de hachís, que rechacé, así como veinte gramos de cocaína si la operación se cerraba sin problemas, que ingenuamente acepté. Pero tenía mucho miedo: uno de ellos, el más siniestro de los dos, tenía los brazos cosidos a alfiletazos y se pinchó varias veces en mi casa, a pesar de mis protestas. Finalmente, les presenté a Celestino y al francés (Alain Bernard) que le acompañaba, y al que yo no conocía, y les dejé hablando de su negocio mientras me fui con mi familia a ver Dinastía, en la televisión".Se convino que la operación se cerraría al día siguiente, miércoles 16, en un establecimiento público propiedad de Celestino Bustamante situado en una plaza cercana a la ciudad de Ibiza. "Pero como todo aquello no me gustaba, yo me negué a ir, argumentando que aquel no era mi negocio sino el suyo. No quería saber nada de aquel asunto, pero aquellos sujetos insistieron hasta el punto de considerarme la garantía de que la operación era limpia y de que ésta no podía cerrarse sin mi presencia. No tuve más remedio, y les acompañé".

Ya en el establecimiento de Celestino, aparecieron la droga y el francés. Antonio Escohotado probó el material y desaconsejó la compra, por entender que aquella cocaína era de muy mala calidad. Pero los acompañantes de Antonio Fenollera insistieron en cerrar la operación, aduciendo que no podían presentarse ante sus superiores con las manos vacías. Y, ya en plena transación, los dos policías camuflados sacaron sus pistolas, dispararon al aire, y dejaron transcurrir "unos interminables sesenta segundos" hasta que se identificaron.

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"Me llevé un susto de muerte, porque yo no sabía si podía haber reacción en sentido contrario. Naturalmente, pienso pedir el procesamiento de esos sujetos, cuyo comportamiento no les legitima como miembros de la sección de la policía dedicada a la represión de la droga sino como agentes de una extraña sección policial dedicada a la adquisición de drogas para operaciones necesarias", añade Antonio Escohotado:

El Depósito Municipal de Ibiza, donde se encuentra el profesor Escohotado, es un extraño establecimiento penitenciario que hace las veces de prisión transitoria para los procesados en espera de juicio, mientras una nueva cárcel, más funcional, se levanta en las afueras de la ciudad. En realidad, tal depósito es el claustro -mutilado por sucesivas reformas, a cuyo alrededor se abren las celdas de los reclusos- de un viejo convento de la parte alta de la ciudad. En un primer piso, con un ventanal sobre el patio, la Policía Municipal tiene instalado un pequeño retén de vigilancia.

Antonio Escohotado nació en Madrid, en 1941, y entre los cuatro y los catorce años vivió en Brasil. A su regreso a España cursó estudios en la Universidad Complutense, doctorándose en 1967 con una tesis sobre Hegel. Hijo de escritor, precozmente atraído por las letras y sobre todo por la filosofía en sentido estricto, ha publicado algunos libros sobre esta materia. Entre ellos figuran: Marcuse. Utopía y razón (Alianza Editorial, 1972); La conciencia infeliz. Ensayo sobre la filosofía de la religión Hegel. (Revista de Occidente, 1973); De Phyisis a Polis. La evolución del pensamiento griego desde Tales a Sócrates (Anagrama, 1975); Historias de familia. Cuatro mitos sobre sexo y deber (Anagrama, 1978).

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