Los fabricantes españoles, primeras víctimas de la pugna internacional Philips-Thomson

La guerra entre la multinacional holandesa Philips y la francesa Thompson por encabezar la opción europea en la electrónica de consumo frente a la ofensiva comercial japonesa, que en los últimos seis meses ha polarizado la atención de la Prensa económica internacional por la lucha de ambas por el control de la firma alemana Grundig, ha llegado a España. Philips y Thomson, que controlan ya el 60% de nuestro mercado, han desembarcado en la junta directiva de la Agrupación Nacional de Industrias Electrónicas (Aniel), en detrimento de los fabricantes nacionales, y con habilidad y discreción no sól...

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La guerra entre la multinacional holandesa Philips y la francesa Thompson por encabezar la opción europea en la electrónica de consumo frente a la ofensiva comercial japonesa, que en los últimos seis meses ha polarizado la atención de la Prensa económica internacional por la lucha de ambas por el control de la firma alemana Grundig, ha llegado a España. Philips y Thomson, que controlan ya el 60% de nuestro mercado, han desembarcado en la junta directiva de la Agrupación Nacional de Industrias Electrónicas (Aniel), en detrimento de los fabricantes nacionales, y con habilidad y discreción no sólo se disputan sus propias cotas de mercado, sino que pugnan por aumentar su participación a costa de terceros, al tiempo que tratan de cercenar para España la posible opción japonesa.

El futuro inmediato de la industria española de televisores en color, alta fidelidad y vídeo, que proporciona empleo a unas 12.000 personas y supone una facturación superior a los 75.000 millones de pesetas, puede estar decidiéndose desde hace meses en despachos de Holanda, Francia y Japón. El inusitado interés de las multinacionales por el futuro Plan Electrónico Nacional, su ofensiva para alcanzar mayor representación y control en las organizaciones empresariales del sector, y sus contactos y acercamiento a la Administración central y a los gobiernos regionales (especialmente la Generalitat de Cataluña), a juicio de industriales españoles, abonan esta tesis.La multinacional holandesa Philips controla directamente, en la actualidad, el 30% del mercado europeo de televisión en color; e indirectamente, a través de la alemana Grunding (participada en un 25% de su capital), suma otro 15% del citado mercado. Es decir, Philips controla directa e indirectamente un 45% del mercado europeo de televisores en color. Thomson, su gran rival, dispone directamente del 10% del mercado e indirectamente, a través de Telefunken, de otro 6% más. Thorn Emi, con un 8% del mercado, Saba y Nordmande completan el mapa europeo de fabricantes de electrónica de consumo frente a la ofensiva comercial japonesa.

Este mapa tiene su reflejo en España, donde Philips -a través de sus empresas Lamparas Z y Miniwat- controla directamente el 25% de nuestro mercado de televisores en color, con una plantilla conjunta de unos 1.700 trabajadores; e indirectamente, a través de Grundig, que tiene unos setecientos trabajadores, suma otro 19% de cota de mercado. Por su parte, la francesa Thomson domina directamente mediante su empresa CEDOSA un 10% del mercado español e indirectamente, a través de Telefunken, un 8% Más. Ambas firmas europeas, Philips con el 44% y Thomson con el 18%, copan el 62% del mercado español. Los japoneses, a través; Aznarez Industrial Navarra (Sanyo), dominan otro 10%, con unos 730 trabajadores. Dos empresas. nacionales, Elbe (trescientos trabajadores) y CECSA (670) controlan conjuntamente otro 15%. del mercado.

Lucha por el poder

La lucha por la hegemonía entre Philips y Thomson responde a los deseos de capitanear la opción europea frente a Japón, y en el peor de los casos convertirse en el interlocutor válido de los japoneses en unas posibles negociaciones sobre el mercado europeo de la electrónica de consumo. La concentración de fabricantes europeos, por otra parte, permitirá cerrar plantas de producción y reducir la población laboral del sector rentabilizando los productos mediante mayores series.En el marco de esta pugna Philips-Thomson, España interesa a ambas multinacionales no sólo por las dimensiones y perspectivas de su actual mercado interno, sino también por el posible papel de caballo de Troya que podría desempeñar nuestro país de cara a la introducción de los productos japoneses en el mercado de la Comunidad Económica Europea, dada nuestra condición de país candidato a la integración en el Mercado Común.

Uno de los últimos episodios de la batalla española de Thomson y Philips ha tenido lugar el pasado día 4 en el marco de la renovación de la junta directiva de la Agrupación Nacional de la Industria Electrónica (ANIEL). Las multinacionales, que tan sólo ocupaban tres de los doce puestos en la anterior junta, han' logrado duplicar su presencia en detrimento de las firmas españolas y copar la representación en su seno de la electrónica de consumo.

Philips, en concreto, ha situado a dos representantes en la nueva junta directiva de ANIEL y Thomson ha pasado a formar parte de la misma. Aznarez Industrial Navarra (Sanyo), Standard Eléctrica (ITT) y General Electric de Electromedicina (General Electric), completan la presencia multinacional en la nueva directiva de ANIEL.

"No es malo el que las grandes firmas europeas y japonesas estén presentes en la dirección de ANIEL y disputen nuestro mercado. Lo que debería conseguirse es que los intereses españoles, tanto empresariales como generales, no asistan como convidados de piedra a esta batalla", ha declarado Julio González, director general de la citada agrupación. Han perdido su puesto las nacionales CECSA, Phier y Cahue Industrial (Vanguard), aunque esta última había suspendido pagos.

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