PAÍS VALENCIANO

Concluyó la búsqueda de trabajadores sepultados por la riada en Cofrentes

Las tareas de búsqueda de nueve trabajadores sepultados por la riada en Cofrentes (Valencia) han concluido, sin éxito, aunque con la tranquilidad de sus familiares de haber agotado la última posibilidad del rescate de sus cadáveres. Los trabajos se iniciaron, con la presencia expectante de los familiares, el 22 de febrero, en el tramo del lecho del río Júcar donde las aguas cubrieron el autobús que los transportaba. Estas tareas se prolongaron hasta el último sábado.La cantidad de tierra removida asciende a 60.000 metros cúbicos, y el equipo que ha intervenido estaba formado por un ingeniero t...

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Las tareas de búsqueda de nueve trabajadores sepultados por la riada en Cofrentes (Valencia) han concluido, sin éxito, aunque con la tranquilidad de sus familiares de haber agotado la última posibilidad del rescate de sus cadáveres. Los trabajos se iniciaron, con la presencia expectante de los familiares, el 22 de febrero, en el tramo del lecho del río Júcar donde las aguas cubrieron el autobús que los transportaba. Estas tareas se prolongaron hasta el último sábado.La cantidad de tierra removida asciende a 60.000 metros cúbicos, y el equipo que ha intervenido estaba formado por un ingeniero técnico de Obras Públicas y un técnico auxiliar, adscritos a la Diputación de Valencia; un encargado y tres peones, que han utilizado dos palas cargadoras y una máquina retroexcavadora. "Era como buscar una aguja en un pajar", afirma el gobernador de Valencia, Eugenio Burriel, al dar cuenta del resultado del rescate. "Pero se ha realizado un esfuerzo grande para remover las tierras en los puntos que querían los familiares". Por su parte, Adolfo Parra, de Hidroeléctrica Española, empresa que ha participado en la búsqueda, expresa que "humana y científicamente era imposible encontrar los cadáveres entre las toneladas de arena y barro acumuladas, pero se trataba de realizar el último esfuerzo".

Las víctimas pertenecían a la empresa Abengoa, que trabaja en la construcción de la central nuclear de Cofrentes, y la mañana del siniestro eran transportados para iniciar la jornada laboral. Pero su autobús no pudo cruzar el puente que les conducía a la central por el enorme volumen de agua y materiales diversos que ya arrastraba el río en aquel momento. Este incidente fue el toque de alarma de lo que horas después sucedió en la parte baja de la cuenca del Júcar, hasta su desembocadura.

Tras estas tareas, se cierra el balance definitivo de víctimas de la riada de Valencia. Mientras fuentes oficiosas ofrecen las cifras de dieciocho muertos y catorce desaparecidos, el Gobierno Civil señala que el balance se cierra con diecinueve víctimas. La diferencia procede de las muertes ocasionadas durante la riada por causas ajenas a la catástrofe, que, a efectos de ayudas del Gobierno, no son tomadas en cuenta, como dos suicidios en Carcagente u otros fallecimientos por causas psíquicas.

Los familiares directos de las víctimas van a recibir una ayuda económica discreccional del Gobierno, que asciende a veintisiete millones de pesetas, a repartir entre sus familiares directos, en cantidades oscilantes entre medio millón y dos millones de pesetas, según los expedientes.

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