Barcelona contará en breve con un hipódromo

Barcelona contará en breve plazo con un hipódromo. Así lo ha manifestado el consejero de Interior de la Generalitat, Maciá Alavedra, en el transcurso de una sesión del Parlamento catalán. La construcción de estas instalaciones se realizará por iniciativa privada, para lo cual el Gobierno catalán convocará en los próximos meses un concurso, al que ya se tienen noticias de que se presentarán varios grupos.

La Generalitat ha dado vía libre al proyecto de construcción de un hipódromo en el área de Barcelona después de que durante varios años se llevaran a cabo algunos intentos por parte de ...

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Barcelona contará en breve plazo con un hipódromo. Así lo ha manifestado el consejero de Interior de la Generalitat, Maciá Alavedra, en el transcurso de una sesión del Parlamento catalán. La construcción de estas instalaciones se realizará por iniciativa privada, para lo cual el Gobierno catalán convocará en los próximos meses un concurso, al que ya se tienen noticias de que se presentarán varios grupos.

La Generalitat ha dado vía libre al proyecto de construcción de un hipódromo en el área de Barcelona después de que durante varios años se llevaran a cabo algunos intentos por parte de sociedades privadas. Todos los grupos, que fueron muchos, desde la Sociedad de Carreras de Caballos de Barcelona hasta el propio Fútbol Club Barcelona, se toparon con el mismo problema: la falta de una vía legal dentro de la que enmarcar toda la organización de juego e instalaciones que conlleva el funcionamiento de un hipódromo. El anuncio formal de la Generalitat de apoyar el desarrollo de las carreras de caballos en esta zona y la creación de una ley de juego para Cataluña posibilitará la realización de este proyecto.Barcelona tuvo a principios de siglo un hipódromo conocido con el nombre de Casa-Antúnez, que se levantaba en los terrenos en los que ahora se encuentra la Zona Franca. En Casa-Antúnez, durante muchos años se celebraron importantes reuniones hípicas, a las que acudían gentes procedentes de la clase burguesa catalana, que fueron las que verdaderamente mantuvieron las carreras en esta ciudad y no la clase aristócrata, como ocurría en Madrid, en el hipódromo de la Castellana. Desde la destrucción de Casa-Antúnez, en los años veinte, Barcelona se quedó sin hipódromo, hecho considerado como insólito, al tratarse de una ciudad con afición a la cría de caballos y muy próxima a Francia, donde las carreras es una de las industrias que más dinero proporcionan al Estado francés.

El intento más serio de los llevados a cabo en los últimos tiempos fue el de la Sociedad de Carreras de Caballos de Barcelona, hace doce años, de la que fue promotor el entonces presidente de la Diputación, José María Muller y Abadal. Este grupo legalmente constituido llegó a contar con un considerable capital social que se obtuvo mediante el pago de unas cuotas de socios que suscribieron todos los interesados en este proyecto. Quería levantar las instalaciones en los términos de Polinya y Sentmenat, en una extensión de ochenta hectáreas. La ejecución del proyecto, previsto para iniciarse en 1972, se paralizó por problemas legales. La sociedad todavía está vigente, e incluso posee parte de su capital social.

En 1976, un grupo alemán intentó construir un hipódromo en plena Costa Brava con el apoyo del hipódromo de Baden-Baden. Esta sociedad tenía intereses en varios casinos y quería aprovechar la avalancha turística del verano para fomentar el juego en la zona. Los alemanes, al igual que la Sociedad de Carreras de Caballos de Barcelona, cesaron en el intento al encontrar problemas legales por no existir una regulación sobre el tema. Hace algo más de tres años, el Fútbol Club Barcelona intentó utilizar los terrenos que tiene en Viladecans para construir un hipódromo (con anterioridad habían intentado levantar un polideportivo). Ninguno de estos proyectos se llevó a cabo. Este terreno, de treinta hectáreas, no tenía la calificación necesaria ni la extensión suficiente como para una obra de este tipo.

Los últimos intentos corresponden al arquitecto catalán Coderch, que levantó unos planos en la falda de Montserrat, en una finca de propiedad privada, y el realizado por el grupo Zeta. Este último se mostró muy interesado en el tema, e incluso llegó a entablar conversaciones con la Sociedad de Fomento, que tiene la cesión de los terrenos del hipódromo de la Zarzuela y que organiza carreras en colaboración con las sociedades de San Sebastián y Sevilla. El gerente de la Sociedad de Fomento, José Manuel Lahera, y el propietario Ramón Mendoza se desplazaron hasta Barcelona para visitar unos terrenos. Este intento se encuentra paralizado desde hace casi dos años.

La zona de Barcelona ofrece, en principio, según expertos consultados, tres posibilidades en cuanto a terrenos se refiere. Una sería la zona de Gavá-Viladecans, otra la del Baix Llobregat y una tercera en la zona del Vallés. Todos estos terrenos se encuentran a menos de media hora del centro de la ciudad y cuentan con las hectáreas suficientes como para levantar unas instalaciones completas.

El proyecto para el hipódromo de Barcelona necesita una superficie de sesenta hectáreas, en las cuales se construirían dos pistas, una de arena y otra de hierba, con una dimensión de 1.800 metros de cuerda; una tribuna con capacidad para 10.000 espectadores sentados y con unos boxes en los que poder albergar 350 caballos.

El hipódromo de Barcelona se nutriría, en principio, de caballos procedentes de Francia y de cuadras madrileñas, que a buen seguro se desplazarían para tomar parte en algunas pruebas. La Generalitat también confía en que se producirá en toda Cataluña un gran auge en la cría de caballos, propiciada por los payeses dedicados ahora al desarrollo de otras especies ganaderas. Para ello se pondría en marcha el plan que el Gobierno catalán tiene previsto para el desarrollo de la ganadería.

La construcción del hipódromo en Barcelona supondría la creación de muchos puestos de trabajo, unos especializados y otros no. Las instalaciones también servirían para ser utilizadas en la celebración de los Juegos Olímpicos.

Las apuestas

Las apuestas que se hagan en combinación con las pruebas que se disputen en el futuro hipódromo estarán controladas por la Generalitat, que, según el Estatuto de Autonomía, tiene plenas competencias, entre otras cosas, sobre juego, deporte y espectáculos. Las apuestas no tendrán, pues, carácter nacional; sólo en caso de crearse una apuesta para todo el Estado, la Generalitat podría autorizar su venta en Cataluña.El juego del hipódromo estará regulado por una ley que está elaborando la Generalitat y qué se presentará al Parlamento catalán dentro de la presente legislatura.

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