Reportaje:Viajes

Venecia, en invierno

Si no existiera, alguien la habría inventado, porque responde punto por punto a la ciudad soñada

Fueron los habitantes de tierra firme, donde hoy se localizan Mestre y Marghera, quienes se lanzaron hacia el mar presionados por las invasiones bárbaras allá por la mitad del siglo V. Se instalaron en las pequeñas islas y las tomaron como base de nuevas incursiones marítimas: la República de Venecia se convirtió primero en la dueña del Adriático; más tarde, en la puerta del Mediterráneo oriental. Y bajo este signo de mares diversos fue creciendo la ciudad. A partir del siglo XI se levanta San Marcos, a la manera de las basílicas bizantinas, brillante, suntuosa, multicolor, rebosante de oros. ...

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Fueron los habitantes de tierra firme, donde hoy se localizan Mestre y Marghera, quienes se lanzaron hacia el mar presionados por las invasiones bárbaras allá por la mitad del siglo V. Se instalaron en las pequeñas islas y las tomaron como base de nuevas incursiones marítimas: la República de Venecia se convirtió primero en la dueña del Adriático; más tarde, en la puerta del Mediterráneo oriental. Y bajo este signo de mares diversos fue creciendo la ciudad. A partir del siglo XI se levanta San Marcos, a la manera de las basílicas bizantinas, brillante, suntuosa, multicolor, rebosante de oros. En el Quatrocento, el palacio Ducal, residencia de los dogos, sede de la magistratura, obra maestra de ese arte gótico que se conoce por veneciano, abiertos sus frentes en galerías caladas que atrapan la luz. Y palacios y más palacios a lo largo del gran canal, surgiendo de las aguas, de fachadas transparentes, mansiones en rincones insospechados, rojo cárdeno, cada vez más fantasmales. La ciudad se va extendiendo de isla en isla, uniéndose con pequeños puentes hasta formar ese laberinto de calles, que son todas, sin metáfora alguna, ríos que van a dar a la mar.Lo imprescindible

Es pasar en Venecia de dos a tres días. Menos, imposible. La época es cuestión de gustos, pero, si de algo vale mi recomendación, el invierno es perfecto. Primero, por una razón obvia: Venecia se puede ver sin turistas, que no es poco. Además, el frío y la tenue luz gris le sientan bien a esta ciudad, acentuando aún más su falta de realidad.

Visitas: la ciudad entera, que hay que andarla y navegarla de punta a punta. Lo primero, evidentemente, la plaza de San Marcos, que repite la, imagen conocida en las postales con una fidelidad perfecta, y varias horas para visitar la basílica con sus célebres mosaicos, el palacio Ducal, la Piazzeta con las dos columnas y la Librería. Marciana. Desde luego, un recorrido por el Gran Canal, para contemplar los palacios, en particular la famosa Ca'd'Oro. Dos iglesias góticas, quizá las más características de la ciudad: Santa Maria dei Frari, levantada por los franciscanos, con dos espléndidos tizianos, y Ss. Giovanni e Paolo, obra de los dominicos, panteón de los dogos y otros personajes ilustres de la Serenísima. Un museo: la Galería de la Accademia, que guarda una magnífica colección de pintura veneciana de los siglos XIV al XVIII. Una scuola: la de S. Rocco, decorada con lienzos del Tintoretto.

Algunas indicaciones

Dos líneas de vaporetto hacen el trayecto piazzale Roma-Lido a través del Gran Canal con múltiples paradas en las dos orillas. La llamada diretta es más rápida y con menos paradas. El precio es de cien liras. Hay servicios públicos también a Murano, Burano y Torcello, todas islas de interés, a precios más baratos que las excursiones organizadas, y también a las cercanas S. Giorgio y Giudecca, donde se encuentran dos espléndidas iglesias de Palladio. Venecia se puede récorrer a pie y de puente a puente: es como el juego del laberinto.

El viaje: Lo más barato entemporada invernal es el programa de Alitalia: cuatro días desde Madrid y Barcelona, desde 26.400 pesetas, en línea regular y don alojamiento. También hay programas de una semana.

Meses de rebajas

En los viajes también hay rebajas. Los mismos productos que en verano, pero ahora más baratos. Y también, como en otros sectores, la cuestión es saber comprar. Los grandes y pequeños mayoristas bajan durante estos meses los precios para animar así a los, posibles viajeros. Están, por un lado, las ofertas correspondientes a la temporada baja, en las mismas condiciones que durante la alta, el verano y la Semana Santa, pero con, un descuento considerable. Pero quizá lo más interesante sea las ofertas especiales de invierno, esos viajes a precios especialmente baratos aue de ninguna forma se pueden encontrar en el verano. Un ejemplo: el que organiza giras a Venecia desde el pasado 1 de noviembre al 15 de marzo, que incluye billete en vuelo regular ida y vuelta con salidas de Madrid y Barcelona y tres noches de hotel en régimen de alojamiento y desayuno desde 26.400. Otro: los viajes a Canarias de Club de Vacaciones, charter ida y vuelta más una noche de hotel, desde 8.900. El único problema realmente son las vacaciones.

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