Cartas al director

Expulsión de inmigrantes de Nigeria

Escribo esta carta en contestación a los actuales y distorsionados informes aparecidos en la Prensa referentes a la expulsión de inmigrantes ilegales de Nigeria.El efectuar reportajes sensacionalistas sobre situaciones dramáticas puede que sea una prerrogativa de la Prensa, y a este respecto la atención dedicada por algunos periódicos españoles, incluido EL PAÍS, a la expulsión de Nigeria de inmigrantes ilegales ha sido bastante dinámica, cuando menos. Sin embargo, es totalmente injustificada e inexcusable la insolente referencia a Nigeria y su jefe de Estado hecha por el corresponsal en Rabat...

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Escribo esta carta en contestación a los actuales y distorsionados informes aparecidos en la Prensa referentes a la expulsión de inmigrantes ilegales de Nigeria.El efectuar reportajes sensacionalistas sobre situaciones dramáticas puede que sea una prerrogativa de la Prensa, y a este respecto la atención dedicada por algunos periódicos españoles, incluido EL PAÍS, a la expulsión de Nigeria de inmigrantes ilegales ha sido bastante dinámica, cuando menos. Sin embargo, es totalmente injustificada e inexcusable la insolente referencia a Nigeria y su jefe de Estado hecha por el corresponsal en Rabat, Domingo del Pino, publicada en EL PAÍS del día 1 de febrero de 1983.

En particular, nos ha disgustado el comentario atribuido a dicho corresponsal, y que decía: "Hace dos semanas, el jefe de Estado del país más caótico del mundo decidió, como una primera y radical medida para combatir la crisis económica por la que atraviesa Nigeria, eliminar la presencia de trabajadores extranjeros ilegales". Esta calumniosa e insultante referencia a Nigeria en manera alguna contribuye a la comprensión o percepción por parte del público de los hechos esenciales de que se trata.

Durante la última década más de tres millones de nigerianos fueron expulsados de varios países, tales como Sudán, Zaire, Ghana, Guinea Ecuatorial y Costa de Marfil, por nombrar algunos. En el caso de Ghana, la expulsión revanchista de nigerianos no sólo fue brutal y despiadada, sino que además fueron confiscados y expropiados ilegalmente los bienes y propiedades de un gran número de inmigantes que habían vivido en Ghana legalmente durante varios años. En cada una de estas ocasiones el Gobierno de Nigeria tuvo que hacer un considerable gasto para montar operaciones de rescate mediante puentes aéreos y otros métodos para transportar a sus ciudadanos a Nigeria. No se produjo entonces un clamor internacional como el de ahora, cuando estos nigerianos fueron expulsados, ni siquiera cuando fueron despiadadamente asesinados en los aledaños de su embajada en Guinea Ecuatorial. La hipocresía y parcialidad de la Prensa occiden-

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tal es tanto más sorprendente en cuanto que Ghana, país que exacerbó las dificultades de la repatriación de inmigrantes ¡legales al cerrar su frontera y responder tardíamente a la crisis, ha escapado sin apenas la mínima crítica. ¡Qué objetividad!

Es algo lamentable, naturalmente, en caso de que fueran ciertos los reportajes publicados en la Prensa, el que esta circunstancia de la expulsión se haya visto acompañada de tales sufrimientos y calamidades.

Pero esto no justifica ni excusa la alegría descarada con la cual los elementos más irresponsables de la Prensa occidental, en el pretendido ejercicio de la libertad de Prensa, se han aprovechado de esta tragedia humana para ridiculizar a Nigeria. Estos reportajes de Prensa son cada día más tendenciosos y están empezando a tomar implicaciones racistas. Deben ser suspendidos; son totalmente indignos de la llamada Prensa libre. / Funcionario de Prensa. Embajada de Nigeria.

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