Tribuna:

Pobres cierres a la espera de las manifestaciones del presidente del Gobierno

Pobre cierre: semanal han ofrecido los mercados de valores nacionales, que han acusado los efectos de la expectación, en muchos casos negativa, desatada en tomo a la intervención televisada del presidente del Gobierno, Felipe González, y reflejaban el desencanto producido por la limitada baja de los tipos de interés de los pagarés del tesoro que se subastaron el pasado jueves.Los procesos vendedores, que habían permanecido prácticamente congelados a lo largo de toda la semana, cobraron nuevos bríos, y más de una institución practicó el conocido sistema de riego por aspersión, esto e...

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Pobre cierre: semanal han ofrecido los mercados de valores nacionales, que han acusado los efectos de la expectación, en muchos casos negativa, desatada en tomo a la intervención televisada del presidente del Gobierno, Felipe González, y reflejaban el desencanto producido por la limitada baja de los tipos de interés de los pagarés del tesoro que se subastaron el pasado jueves.Los procesos vendedores, que habían permanecido prácticamente congelados a lo largo de toda la semana, cobraron nuevos bríos, y más de una institución practicó el conocido sistema de riego por aspersión, esto es, ofrecer partidas de pequeña significación, pero que afectan a un importante número de valores. Si, durante las tres reuniones anteriores, los mayores esfuerzos de los especialistas se dirigían a encontrar valores con posibilidades de generar plusvalías rápidas y fáciles, ayer cambiaron las tornas y comenzó a cundir el síndrome de la fuga. Lo importante era deshacerse de lo comprado a la mayor velocidad posible.

Valores, que habían venido gozando de las preferencias de los inversores en reuniones anteriores, como eran Hidro Cantábrico o CEPSA, por poner dos ejemplos significados, fueron objeto de severas prevenciones por parte de los compradores, mientras que Telefónica, tras el pago de su dividendo, era sometida a unas tensiones vendedoras de cierta consideración que terminaban por forzar una baja en su cotización de 1,5 puntos.

A toda este serie de factores se vino a sumar un acusado desinterés por los valores eléctricos y bancarios. En el grupo bancario, la oferta genérica volvía a rebasar los 100.000 títulos y las dudas aumentaron entre los inversores, que protagonizaron acusados repliegues defensivos, basándose en la hipótesis de que estas entidades no puedan cumplir sus deseos de generar mejoras en los precios de sus acciones hasta que paguen sus próximos dividendos, hecho que se producirá previsiblemente en un par de semanas.

En el sector eléctrico, hay que anotar el fin de la ampliación de FECSA, que arroja un balance discretamente favorable, teniendo en cuenta que durante el período ampliatorio satisfizo su dividendo a cuenta del pasado ejercicio, y el importante volumen de demanda generada en torno a Eléctricas Reunidas de Zaragoza, valor sobre el que, en el mercado barcelonés, se daba por seguro que se producirá una oferta de adquisición de acciones en un plazo bastante breve de tiempo.

Este extremo, evidentemente, está pendiente de confirmación y, aparentemente, se corresponde con la psicosis genérica de redefinición del sector eléctrico y, en opinión de diversos especialistas, como tal debe ser contemplada.

Por tanto, para la próxima semana, la evolución del mercado de acciones va a depender en buena medida de las conclusiones que se extraigan en los círculos financieros de las manifestaciones de Felipe González, aunque, en principio, el desencanto que ha provocado la baja inferior a la esperada en la subasta de pagarés del tesoro, junto con la propia cifra que alcanzaron, puede llegar a representar una importante sordina a cualquier intento de movimiento alcista.

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