Tribuna:

No fue posible la reacción de fin de año

Ha terminado el año con unas reuniones en las que una vez más se conjugaron los buenos deseos de los actores cotidianos del mercado con la profunda desconfianza de los inversores que continuaron generando órdenes vendedoras, a pesar de que contaban prácticamente con la garantía absoluta de que no se iban a producir grandes descalabros en los precios de los títulos más representativos.Sin embargo, el temor a la evolución del mercado de acciones en las primeras reuniones del próximo año continúa siendo un pesado lastre para que los precios consigan evolucionar favorablemente, a pesar del interés...

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Ha terminado el año con unas reuniones en las que una vez más se conjugaron los buenos deseos de los actores cotidianos del mercado con la profunda desconfianza de los inversores que continuaron generando órdenes vendedoras, a pesar de que contaban prácticamente con la garantía absoluta de que no se iban a producir grandes descalabros en los precios de los títulos más representativos.Sin embargo, el temor a la evolución del mercado de acciones en las primeras reuniones del próximo año continúa siendo un pesado lastre para que los precios consigan evolucionar favorablemente, a pesar del interés y los buenos oficios de una representación bien nutrida de los más cualificados especialistas.

Desde primera hora de la mañana se pudo comprobar que los valores eléctricos no iban a poder responder a las esperanzas que se tenían depositadas en ellos. A trancas y a barrancas consiguieron mantener el tipo, pero su debilidad contribuyó notablemente a enfriar un ambiente que había sido artificialmente caldeado antes de iniciarse la contratación. Lo más favorable del sector fue la menor presencia de oferta para los derechos de suscripción, que consiguieron recomponer ligeramente la figura, a pesar de lo que en general arrojaron un balance negativo.

El resto del mercado, especialmente apoyado en los valores de segunda categoría, consiguió presentar un comportamiento genérico más favorable. Actuaciones concretas como las de Telefónica, Petróleos o Popularinsa representaron una aportación inestimable a los índices generales de Barcelona y Madrid, que consigieron cerrar expresando diferencias positivas.

En lo que respecta a los valores del grupo bancario, se observó el curioso fenómeno de que existía una mayor presencia de oferta por fuera del propio mecanismo de la caja, que en su interior. Los saldos, vendedores en la mayor parte de los casos, resultaban similares a los de jornadas anteriores, pero los especialistas expresaban su convicción de que existía una oferta flotante bastante superior a la conocida, y que era atajada directamente por las propia entidades.

Banesto volvía a ser la entidad formalmente más castigada por los vendedores, seguido de cerca por el Santander. Sin embargo, diversos operadores comentaban la circunstancia de que el Banco Central había tenido que hacer frente a una buena cantidad de títulos que se generaban como consecuencia de su canje de acciones.

Desde el pasado día 27, y por el plazo de un mes, esta entidad está ofreciendo a sus antiguos accionistas la posibilidad de adquirir una acción del propio banco, al 230% de precio, por cada diez acciones que poseyeran. Como el precio bursátil de las acciones del Central se ha venido situando en torno al 280%, aparentemente se está produciendo un incremento en las ventas de estas acciones.

Dentro del sector, tan sólo el Vizcaya pudo despedirse del año con una mejora en el precio de sus títulos. Para ello se apoyaba en una diferencia positiva entre el número de títulos que presentaba a la compra, y los que le ofertaban, del orden de las 4.000 acciones.

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