La deuda de México con los bancos españoles supera la cifra de 200.000 millones de pesetas

Las autoridades económicas mexicanas cifran en 1.600 millones de dólares (unos 200.000 millones de pesetas) la deuda financiera que las instituciones públicas de aquel país y las empresas privadas tienen contraída con los principales bancos españoles. Entre ocho bancos nacionales concentran la mayor parte de este riesgo: 1.400 millones del total. Los responsables del Banco Exterior de España tuvieron que ampliar el plazo para que el resto de la banca española le diera a conocer sus compromisos comerciales con la economía mexicana, ya que no se habían recibido todas las contestaciones en el tie...

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Las autoridades económicas mexicanas cifran en 1.600 millones de dólares (unos 200.000 millones de pesetas) la deuda financiera que las instituciones públicas de aquel país y las empresas privadas tienen contraída con los principales bancos españoles. Entre ocho bancos nacionales concentran la mayor parte de este riesgo: 1.400 millones del total. Los responsables del Banco Exterior de España tuvieron que ampliar el plazo para que el resto de la banca española le diera a conocer sus compromisos comerciales con la economía mexicana, ya que no se habían recibido todas las contestaciones en el tiempo inicialmente fijado.

Según han declarado fuentes financieras que han tenido acceso a la documentación oficial mexicana sobre el nivel de deuda financiera con bancos españoles, el total asciende a 1.600 millones de dólares, que se reparten irregularmente entre el Exterior de España (quinientos millones), Bilbao, Vizcaya e Hispano (doscientos millones cada uno) y Banesto, Santander y Urquijo (con cien millones de dólares). El resto, doscientos millones de dólares, se reparte entre otras entidades financieras españolas de menor importancia en cuanto a nivel de riesgo con México.La opinión que se ha recogido sobre el grado de seguridad de recobro de la deuda y de los intereses que genera es bastante optimista por lo que se refiere al grado de confianza que inspira el Gobierno del nuevo presidente, Miguel de la Madrid, quien se habría rodeado, según estas fuentes, de tecnócratas cuya misión sería poner algo de orden en el disparatado crecimiento económico llevado a cabo en los últimos años en aquel país.

Por otro lado, se señala que la mayor parte de la deuda se sitúa dentro del llamado riesgo soberano, con garantías plenas de servicio de la misma -pago de los intereses que se van generando y con una voluntad, afirmada por el Gobierno mexicano, de hacer frente, sin discusiones, a los incrementos de intereses que el aplazamiento del pago del capital en riesgo pueda comportar para los bancos españoles.

El problema para las instituciones financieras españolas en la renegociación de todo este tipo de deuda en divisas se centra en la necesidad que tienen dichos bancos en endeudarse en el exterior a corito plazo para seguir manteniendo abiertas las líneas de créditos concedidos a terceros, al no tener prácticamente depósitos en moneda extranjera. El endurecimiento de las condiciones en el exterior para las operaciones en divisas de los bancos, coincidente con el agravamiento general que se ha experimentado para el conjunto de la economía española, podría poner en peligro la rentabilidad aplazada de estas operaciones de créditos con México.

Cargarán con el sobrecoste

El diferencial que se aplica a los préstamos a bancos españoles ha subido en los últimos meses, a raíz de circunstancias de todos conocidas, y sólo el compromiso del Gobierno mexicano de aceptar el, aumento del diferencial en la misma proporción, por lo menos, despeja las incógnitas sobre la obtención de algún tipo de beneficio en estas operaciones.Estos problemas detectados ahora en el riesgo con México se tratan de clarificar en la circular que el Banco de España ha preparado sobre riesgos internacionales de los bancos españoles, a los que se les pedirá un nivel de información más detallado, en especial en lo referente a avales para esas operaciones y el detalle de los plazos de amortización. Esta información, junto con la obtenida a partir de la central de riesgos internacionales, que próximamente se pondrá en marcha por parte de los principales bancos españoles, permitirá conocer en cada momento el nivel de riesgo que cada banco -y el conjunto- tiene con un país o con empresas del mismo, la parte de la deuda que se encuentre asegurada y el calendario de devoluciones existente.

No parece que, por el momento, la circular del Banco de España conteste a algunas de las preguntas básicas que el sistema financiero, a través de la patronal del sector, ha formulado a las autoridades monetarias sobre la fiscalidad de las provisiones para morosos y fallidos o la capacidad para utilizar las divisas en poder del Banco de España para las renegociaciones que están en curso o las que se vaticinan.

El presidente mexicano, por su parte, envió ayer al Congreso para su aprobación el proyecto del Presupuesto del Estado para 1983, que asciende a casi 54.000 millones de dólares, de los que una buena parte serán destinados al pago parcial de la deuda externa, que asciende a 80.000 millones de dólares. El presupuesto equipara los gastos del Estado con los ingresos fiscales, las ventas previstas de petróleo y la entrada de divisas por turismo. Con el nuevo presupuesto, que deberá ser aprobado por el Congreso antes de fin de año, el nuevo presidente pretende reducir el déficit público, una de las condiciones impuestas recientemente por el Fondo Monetario Internacional para proseguir las negociaciones sobre la concesión de créditos a largo plazo que hicieran posible el pago de las obligaciones exteriores contraídas a plazo mucho menor y que motivaron el anuncio de renegociación hecho hace unos meses.

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