El Rey visitó la Brigada Acorazada en un ambiente de caluroso afecto

El rey Juan Carlos, en uniforme de campaña, presidió a mediodía de ayer, en el campo de tiro de El Goloso, la inspección realizada por el nuevo jefe de la División Acorazada Brunete número 1, general Prudencio Pedrosa, a la segunda de sus brigadas, la acorazada XII, mandada por el general Ramón Martín-Ambroso. El Rey, recibido con los honores de ordenanza, pasó revista a la fuerza, que desfiló a continuación. Después saludó a los jefes y oficiales y fue obsequiado con un vino, dispuesto en tienda de campaña.

Don Juan Carlos departió con los cuadros y suboficiales, que en un ambiente...

El rey Juan Carlos, en uniforme de campaña, presidió a mediodía de ayer, en el campo de tiro de El Goloso, la inspección realizada por el nuevo jefe de la División Acorazada Brunete número 1, general Prudencio Pedrosa, a la segunda de sus brigadas, la acorazada XII, mandada por el general Ramón Martín-Ambroso. El Rey, recibido con los honores de ordenanza, pasó revista a la fuerza, que desfiló a continuación. Después saludó a los jefes y oficiales y fue obsequiado con un vino, dispuesto en tienda de campaña.

Don Juan Carlos departió con los cuadros y suboficiales, que en un ambiente de espléndido compañerismo pugnaban por acercarse a su comandante supremo para saludarle, y accedió a posar junto a ellos para los fotógrafos. Pasadas las 13.30 horas, el rey abandonó el campo.Don Juan Carlos llegó a las doce horas a bordo de un helicóptero Puma, de la Fuerza Aérea, acompañado por el jefe de su Cuarto Militar, general Valenzuela, y el ayudante de servicio. Escuchó el himno nacional desde un improvisado podium y saludó al ministro de Defensa, Alberto Oliart, al jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Ramón Ascanio y Togores, y al capitán general de la I Región Militar, Ricardo Arozarena. Inmediatamente subió a un vehículo todo terreno para pisar revista a la formación, desplegada en columna a lo largo de más de tres kilómetros.

Integraban la misma 250 vehículos sobre ruedas y 125 sobre cadenas, entre ellos 70 carros de combate. Sus dotaciones sumaban un total de 1.800 hombres. La brigada XII, en palabras de sus mandos, es "una gran unidad, potente y maniobrera, capaz de realizar acciones rápidas, violentas, profundas y resolutivas, según el lema típico de las fuerzas carristas, hecho suyo por la división acorazada: pegar siempre más fuerte, más rápido y más lejos".

La brigada acorazada XII es la única de la I Región Militar que tiene todas sus unidades reunida en el mismo cantón de El Goloso que dispone de estación de ferrocarril y tiene una superficie aproximada de seis kilómetros cuadrados, dentro de los cuales se encuentra un acuartelamiento configurado en dos núcleos y un cuartel general. Para el futuro está previsto el traslado de la división acorazada a un emplazamiento, aún sin decidir, en la región manchega o en Extremadura. Está compuesta por el regimiento de Infantería Acorazada Alcázar de Toledo número 61, con dos batallones de carros AMX-30, a cuatro compañías por batallón; el regimiento de Infantería Mecanizada Asturias número 31, con un batallón dotado de TOAS M-113, con cuatro compañías; un grupo de Artillería de campaña ATP XII, formado por una batería de PLM y tres de obuses de 155, montados sobre barcazas blindadas tipo M-109 y una batería de servicios; un batallón mixto de Ingenieros XII con una Plana Mayor una compañía de Zapadores y otra de Transmisiones, y un grupo logístico con una compañía de Transportes, otra de Intendencia, otra de Sanidad, una unidad de Automovilismo y un destacamento de parque de Artillería, Zapadores y Transmisiones.

En un ambiente de rendido afecto, durante el vino de honor, el general Pedrosa, jefe de la división, hizo un breve brindis diciendo, "Señor, aquí está, a vuestras órdenes, la división acorazada. Señores, gritad conmigo: ¡Viva Españal, ¡Viva el Rey!". En respuesta, el rey don Juan Carlos alzó su copa y añadió: "Sintetizando nuestro común sentimiento, vais a gritar unidos ¡Viva España!".