El Papa afirma en Barcelona la prioridad para el Estado de crear puestos de trabajo

Juan Pablo Il afirmó ayer, en la alocución que pronunció en Montjuich, la prioridad económica y política que debe conceder el estado a la creación de puestos de trabajo. En una jornada seriamente deslucida por un temporal de lluvia hubo que lamentar la muerte de dos muchachas estudiantes de COU, de Gerona, por un desprendimiento de tierras ocurrido en Montserrat.Las doce horas que Juan Pablo II pasó ayer en tierras catalanas tuvieron como protagonista inesperado una lluvia persistente que en algunos momentos arreció con fuerza. La meteorología hizo que no se cumpliera casi ninguno de los horar...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Juan Pablo Il afirmó ayer, en la alocución que pronunció en Montjuich, la prioridad económica y política que debe conceder el estado a la creación de puestos de trabajo. En una jornada seriamente deslucida por un temporal de lluvia hubo que lamentar la muerte de dos muchachas estudiantes de COU, de Gerona, por un desprendimiento de tierras ocurrido en Montserrat.Las doce horas que Juan Pablo II pasó ayer en tierras catalanas tuvieron como protagonista inesperado una lluvia persistente que en algunos momentos arreció con fuerza. La meteorología hizo que no se cumpliera casi ninguno de los horarios establecidos en el programa, ya que el Pontífice llegó a Montserrat en coche, al no poder aterrizar el helicóptero en la cumbre. El tiempo afectó además a las retransmisiones televisivas que durante la mañana ofrecieron pocas e incompletas imágenes.

A pesar de las inclemencias del tiempo, la jornada del Papa, en cuyo rostro se reflejaban las huellas del cansancio, tuvo momentos muy emotivos, como el recibimiento de la ciudad de Barcelona en la Sagrada Familia, el alocución al mundo del trabajo en la avenida María Cristina y la celebración de la misa dominical en el Camp Nou.

El mensaje papal en el estadio incluyó una mención al Concilio y pidió generosidad a la hora de contribuir a que desaparezcan las injusticias sociales y el esfuerzo "porque las leyes y costumbres no vuelvan la espalda al sentido trascendente del hombre, ni a los aspectos morales de la vida". Juan Pablo II acabó en catalán: "Que Deu us beneeixi".

Antes del acto en el Camp Nou se celebró otro, multitudinario al pie de las fuentes de Montjuic. Allí se produjo un leve incidente, cuando un trabajador del textil, invitado a hablar, se refirió al capitalismo y a las multinacionales, citando el caso de los despidos de Hispano Olivetti. Un sector del público empezó a abuchearle, pero el propio Pontifice cerró el incidente al abrazarle fratemalmente.

Páginas 16 a 18 y última

Archivado En