Los problemas comerciales hispano-portugueses, a la espera del nuevo Gobierno

Los problemas comerciales hispano-portugueses suscitados a raíz del cierre de fronteras para las importaciones de productos españoles por parte de las autoridades lusas se encuentran en un compás de espera, según se informó a Europa Press en fuentes del Ministerio de Economía y Comercio. Las autoridades portuguesas han mostrado su deseo de proseguir las conversaciones formales con el próximo Gobierno español, por lo que los contactos han entrado en un proceso de espera, hasta la constitución del nuevo Ejecutivo.Las mismas fuentes señalaron que en la actualidad es perceptible una cierta distens...

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Los problemas comerciales hispano-portugueses suscitados a raíz del cierre de fronteras para las importaciones de productos españoles por parte de las autoridades lusas se encuentran en un compás de espera, según se informó a Europa Press en fuentes del Ministerio de Economía y Comercio. Las autoridades portuguesas han mostrado su deseo de proseguir las conversaciones formales con el próximo Gobierno español, por lo que los contactos han entrado en un proceso de espera, hasta la constitución del nuevo Ejecutivo.Las mismas fuentes señalaron que en la actualidad es perceptible una cierta distensión, materializada en la concesión de licencias de entrada en Portugal para algunos productos (fundamentalmente alimentos perecederos), aunque la postura de las autoridades portuguesas sigue siendo intransigente.

Tras las últimas reuniones de trabajo mantenidas por representantes de los ministerios de Economía de ambos países, los interlocutores portugueses siguen considerando que la balanza comercial con España está muy desequilibrada, por lo que mantienen su postura de impedir la importación de numerosos productos industriales. El ministro portugués de Industria y Comercio Exterior acusó la pasada semana a España de "prácticas desleales" y anunció la posible presentación de un recurso a los mecanismos de protección previstos en los acuerdos internacionales firmados por los dos países.

Las autoridades españolas, por su parte, consideran que las concesiones hechas en los últimos meses a Portugal son las máximas posibles, llegando incluso a trato de favor en algunos aspectos de las relaciones comerciales, sin que ello haya sido suficiente para variar la actitud lusa.

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