La empanada burocrática de RTVE
No soy funcionario de RTVE, pero ocupé un puesto de libre elección del director general en 1981. Me cesó el señor Robles Piquer en noviembre de 1981. A otros efectos, parece que no he cesado. Si no lo creen, sigan leyendo:
1. Acabo de recibir una carta sobre incompatibilidades obligándome a cumplimentar un impreso con declaración jurada sobre el asunto.
2. A partir de junio de este año (siete meses después de mi cese) se me envía gratis et amore, la revista Tele-Radio.
3. En marzo de 1981 me remiten certifica...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
No soy funcionario de RTVE, pero ocupé un puesto de libre elección del director general en 1981. Me cesó el señor Robles Piquer en noviembre de 1981. A otros efectos, parece que no he cesado. Si no lo creen, sigan leyendo:
1. Acabo de recibir una carta sobre incompatibilidades obligándome a cumplimentar un impreso con declaración jurada sobre el asunto.
2. A partir de junio de este año (siete meses después de mi cese) se me envía gratis et amore, la revista Tele-Radio.
3. En marzo de 1981 me remiten certificación de haberes percibidos durante mi corta estancia en RTVE, con datos falsos, que me obligó a formular declaración jurada ante Hacienda.
4. En diciembre de 1981 todavía me seguían pagando a través de mi banco, aunque también es cierto que se dieron cuenta a los tres meses y lo solucionaron.
Como ve, señor director, no son sólo Las batallas de Prado del Rey (véase editorial de EL PAÍS de 15 de octubre de 1982), sino La empanada burocrática de RTVE. Dicho esto sin rencor y sin perjuicio de mi mejor amistad con un buen puñado de funcionarios de aquella casa. /
.