El paro alcanzará a 12 millones de personas durante 1983 en la Comunidad Económica Europea

En 1983, el paro en los diez países de la Comunidad Económica Europea (CEE) alcanzará la cifra récord de doce millones de personas, y ello si se cumplen las previsiones de los expertos de la Comisión Europea, según las cuales, debe producirse un pequeño crecimiento de la economía comunitaria en el segundo semestre del año próximo.

Según el informe anual que será presentado mañana, miércoles, en Bruselas, a finales de este año el paro superará los once millones de personas, y en 1983 otro millón irá a engrosar las listas de la Seguridad Social. A finales del año próximo, el 10,3% de la p...

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En 1983, el paro en los diez países de la Comunidad Económica Europea (CEE) alcanzará la cifra récord de doce millones de personas, y ello si se cumplen las previsiones de los expertos de la Comisión Europea, según las cuales, debe producirse un pequeño crecimiento de la economía comunitaria en el segundo semestre del año próximo.

Según el informe anual que será presentado mañana, miércoles, en Bruselas, a finales de este año el paro superará los once millones de personas, y en 1983 otro millón irá a engrosar las listas de la Seguridad Social. A finales del año próximo, el 10,3% de la población activa de los diez estará sin trabajo.Los expertos de la Comisión Europea han reconocido que sus previsiones para 1982 pecaron de optimistas y que el crecimiento económico de la CEE ha sido insignificante (0,3%, frente al 2% anunciado). La economía europea, afirman ahora, ha entrado en una nueva etapa de recesión y, en el mejor de los casos, el crecimiento del producto interior bruto de los diez no superará el 1,1% si se cumplen ciertas condiciones de mejora en la segunda mitad del año próximo.

Curiosamente, el examen de los datos de 1983 demuestra que se han cumplido, e incluso mejorado, los objetivos previstos en 1981 en cuanto a la lucha contra la inflación (el índice será este año de 10,5%, frente al 11,6% previsto) o en cuanto al déficit de pagos corrientes (15.000 millones de dólares, frente a los 21.000 millones temidos). Sin embargo, esta política no ha dado los frutos apetecidos en cuanto a la reactivación del mercado de trabajo o de la economía.

En 1983, la inflación seguirá disminuyendo (hasta situarse aproximadamente en el 8,8%, según el índice de precios al consumo), así como el déficit de pagos corrientes (que puede calcularse en un 0,3% del PIB). Los déficit presupuestarios pueden agravarse, pero en relación con el PIB se mantendrán en límites estables (4,9% del producto interior bruto).

El informe acentúa esta vez los tintes pesimistas: Europa, afirman los expertos, se ha mostrado incapaz de reaccionar frente a los cambios económicos, y se encuentra atrasada respecto a otros países.

Los remedios propuestos en el informe pueden resumirse en una mayor vigilancia del sistema bancario internacional, desarrollo de la política de independencia energética, desarrollo de la energía nuclear, y mayores inversiones en tecnología de punta.

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