Las 'ciudades monstruo' de Francia tendrán consejos y alcaldes de barrio

Las tres grandes ciudades francesas, París, Marsella y Lyon, contarán, en lo sucesivo, con un estatuto particular a la hora de elegir los órganos de la administración municipal. Cada una de ellas seguirá teniendo un alcalde, pero se crean consejos de barrio, que también serán presididos por un alcalde. El martes fue aprobado por el Gobierno el nuevo proyecto de ley que, ya desde la primavera última, desencadenó la llamada batalla de París, y que, a la postre, es una confrontación política nacional entre el alcalde de París, Jacques Chirac y el presidente de la República, François Mitterrand....

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Las tres grandes ciudades francesas, París, Marsella y Lyon, contarán, en lo sucesivo, con un estatuto particular a la hora de elegir los órganos de la administración municipal. Cada una de ellas seguirá teniendo un alcalde, pero se crean consejos de barrio, que también serán presididos por un alcalde. El martes fue aprobado por el Gobierno el nuevo proyecto de ley que, ya desde la primavera última, desencadenó la llamada batalla de París, y que, a la postre, es una confrontación política nacional entre el alcalde de París, Jacques Chirac y el presidente de la República, François Mitterrand.

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El alcalde de París seguirá siéndolo, pero dejará de ser una especie de Estado dentro del Estado, tal como lo propiciaba el régimen legal que venía aplicándosele desde 1977 en la capital francesa. El objetivo que pretende la nueva ley, aprobada ayer por el gabinete Mauroy, va en esa dirección. La villa de París, como las otras dos aglomeraciones monstruo francesas (Lyon y Marsella) continuarán siendo administradas por un consejo municipal, a la Cabeza del cual se colocará el alcalde. Pero la ley se caracteriza, precisamente, por la creación de un nuevo órgano de administración municipal: los llamados consejos de barrio, cuyos consejeros serán elegidos por sufragio universal, y al frente de los cuales habrá un alcalde, también de barrio, elegido por esos consejeros.Esta nueva instancia podrá tomar decisiones en ciertos sectores, como guarderías infantiles, jardines para niños, gimnasios, cultura. Los consejos de barrio no podrán cobrar impuestos, y el municipio les otorgará anualmente un presupuesto.

El Gobierno socialista ha procedido a esta reforma en base a tres principios: descentralización, democratización y unidad de los municipios. En un principio, el pasado verano, los dirigentes socialistas quisieron aplicar el nuevo estatuto únicamente en París, a partir de un proyecto de ley que reducía esencialmente los poderes colosales de Chirac.

Las protestas unánimes de la opinión pública le obligaron al Gobierno a repensar la cuestión y, la ley definitiva, que debe ser aprobada por los diputados, mantiene la idea de descentralización y democratización de la vida de las grandes urbes, con la creación de los consejos de barrio principalmente, pero significa un paso atrás en otros aspectos.

El que se haya incluido a Marsella, de la que es alcalde el ministro del Interior y autor de la ley, Gaston Defferre, ha sido consecuencia de la oleada de hostilidad originada por las intenciones primeras del Gobierno.

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Los alcaldes protestan

Para el alcalde de París y el de Lyon, que ayer celebraron una reunión de protesta en París, el nuevo proyecto será una fuente de "derroche y de complicaciones administrativas". Chirac, como gran parte de la opinión, estima que el verdadero objetivo de Mitterrand (padre, en la práctica, del estatuto) es político: demoler el poder nacional que representa la alcaldía de París, máxime al encontrarse en manos del que se considera como su mayor adversario en las futuras contiendas electorales. Los socialistas acusan a Chirac de abusar de su poder municipal con fines políticos nacionales.El Ministerio del Interior, autor de la reforma, señala que todas las críticas formuladas por la oposición política conservadora liberal son "infundadas". Esa misma fuente precisa en primer lugar que el alcalde de Paris, Chirac, rechazó la oferta de concertación, en el plano técnico, que le ofreció el ministro del Interior y de la Descentralización, Gastán Lefferre.

Al mismo tiempo, los portavoces de este último afirman que, en los últimos meses, recibieron en varias ocasiones a representantes del alcalde de la capital y que, teniendo en cuenta sus sugerencias, modificaron el texto que fue aprobado anteayer por el Gobierno. Como consecuencia de dichas obsirvaciones el estatuto afectará, no sólo a París, como había previsto Lefferre en un primer momento, sino a Marsella y Lyon igualmente. Por igual razón, se ha mantenido la unidad del municipio y sólo el alcalde podrá cobrar impuestos.

Sobre el terreno, la gran confroráación entre Lefferre y los alcaldes de Lyon y París, y el candidato giscardiano a la alcaldía de Marsella, Claude Gaudin, empezará el próximo día 20 de este mes de octubre, en la Asamblea Nacional, cuando comience la discusión del texto gubernamental. Los parlamentarios de las tres ciudades, pertenecientes a la oposición, declararon ayer: "De la discusión del proyecto de ley haremos un asunto de política general y nacional".

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